Incorrecto

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Stuart estaba más torpe de lo que normalmente siempre es, o así lo ve Noodle.

Ahora tartamudeaba igual que antes, se ponía rojo por cualquier cosa, se le resbalaba todo de las manos. Era un verdadero espectáculo.

No entiende que pasa y le da curiosidad descubrirlo, aunque al mismo tiempo le genera mucha pereza. También si es que le sucede algo sabe que se lo dirá, son mejores amigos después de todo.

Ahora mismo estaba en clases de literatura, era una porquería como siempre. La vieja se la pasaba hablando de pura mierda en un tono tan bajo y lento que la arrullaba, aunque se estaba esforzando por no perecer. Le prometió a Stuart que mejoraría sus calificaciones y durmiéndose no lo lograría.

Piensa en el muchísimo, ahora que dijo en voz alta que esta enamorada lo resiente aún más que antes, cuando mantenía el secreto guardado en su cerebro.

¿Que estaría haciendo ahora? ¿Estaria pensando en ella? ¿Que pensaría de su reciente enamoramiento? No puede evitar estas incógnitas en su mente durante todo el día, solo hasta que llega la hora del almuerzo es que puede verlo y se disipan en un parpadeo.

-¡Viejo! -llama en tono alegre, el varón voltea a todos lados buscándola. La encuentra corriendo hacia el y su respiración se acelera.

Cuando llega hasta su lugar, muestra una sonrisa de medio lado que lo derriten por dentro. Siente que sus mejillas arden así que rehuye la mirada, su amiga alza una ceja notando su actuar y su cambio de color. Resta importancia, debe ser su imaginación.

-¿A donde iremos hoy? -acomoda su bolso para redirigir el paso, se detiene extrañada cuando ve que el no se mueve. El viento llenando el vacío del silencio.

-D-De hecho -carraspea incómodo -Hoy n-no podre almorzar c-contigo -juega con sus manos.

-¿Ah? -cruza sus brazos -¿Por qué? -exige molesta, a lo que el se encoge en su sitio. Le avergüenza que crea que la evita, en parte es cierto, pero decía la verdad. También recuerda con dolor como tantas veces le abandonó por estar al lado de una mujer que lo utilizaba, así que comprendía su enfado.

-Tengo una junta, vine a decirte, perdón -talla su brazo, la fémina se siente fatal por reclamarle de manera tan grosera cuando el incluso vino personalmente a avisarle. Relaja su expresión y mueve los pies nerviosa.

-Perdoname tu a mi, fui desconsiderada -agacha la mirada rascando su cabeza, una sonrisa abochornada le acompaña, 2D esta perplejo, no sabe cuando cambió tanto pues su semblante le resulta de lo mas pacífico -Te esperaré el tiempo que sea necesario -siente sus mejillas aun más calientes cuando la ve tomar su mano, siente unos enormes deseos de abrazarla. Se golpea en su mente, tiene que detener este sentimiento antes de que sea demasiado tarde.

Recuerda lo de ese día, cuando admitió estar enamorada. No pudieron sacar su nombre entre todos pero la incógnita lo estaba matando. La ve fijamente, no debería sentirse de la manera en que se siente cuando su corazón ya le pertenece a alguien más.

Noodle tenía razón, es el ser más masoquista de mierda de la historia.

Se despiden con un breve asentimiento de cabeza acompañado de una deslumbrante sonrisa. Stuart piensa que estas son las desventajas de ser un adulto, estar en aquellas aburridas juntas y no poder dormirse. Se la pasa dibujando en su pequeña libreta, donde recientemente había estado inspirado para escribir nuevas canciones, en uno de estos dibujos retrata a su mejor amiga. En el papel le salió terrible, pero en la realidad es tan hermosa como un ángel.

Bueno, el nunca ha visto una de esas criaturas, pero cree que si viera uno, este llevaría el rostro de Noodle.

Ríe suave, incluso sin tenerla al lado, la siente tan cerca.

...

Ya había acabado el receso y no salió a tiempo, quiere llorar, había defraudado a su mejor amiga.

Iba a entrar en la institución hasta que recuerda el árbol donde tantas veces se habían encontrado en el pasado, ya no lo hacen tanto pues salen a comer todos los días, se dirige a paso rápido ahí. La encuentra con los mismos audífonos que hace un tiempo y de igual manera, dormida.

No le gusta que falte a clases, pero lo conmueve que lo haya esperado todo ese rato. Mira alrededor y no hay nadie, ya todos han regresado a sus aulas, ellos deberían hacer lo mismo.

Mueve su hombro delicadamente, tal como recuerda no hace caso e incluso se queja. Traga grueso al detallarla nuevamente encontrándose con sus labios, se acerca lentamente.

Vuelve a admirar el panorama, nadie vería nada. ¿Esta bien hacer esto? Coloca su mano en el césped apoyándose así, duda durante bastante tiempo, siente la boca reseca. Recuerda las palabras de Murdoc.

"Si no estas seguro, ¿por que no  experimentas?"

Se agacha lo suficiente y finalmente la besa.

Sus labios son suaves, deliciosos. Su corazón nunca había bailado de tal manera, incluso cree que su compañera podrá sentirlo a través de este contacto. Se acerca más profundizando la acción, le escucha suspirar.

Cuando se da cuenta ya le había besado por bastante rato, incluso estaba sosteniendo su mentón para que no apartara la cabeza, cubre su cara avergonzado e inconscientemente relame sus labios, sintiendo un cosquilleo en estos que baja hasta su estómago.

Lo peor de todo no es que la haya besado sin su consentimiento y estando enamorada de alguien más, sino que le gustó.

La ve y sigue dormida, se siente aliviado, no sabrá lo que acabó de hacer.

Se sienta a su lado mirando el cielo y agarra su mano con delicadeza, rogándole perdón a dios, porque acababa de comer el pecado mas magnífico de toda su maldita existencia.

...

-¿Entonces la besaste y ya? -asiente apenado, su amigo ríe escandaloso. Se encuentran en el estudio donde antes grababan discos, está levemente embriagado -No seas imbécil, no es gran cosa -hace un gesto con su mano queriendo relajarlo.

-¡Claro que lo es! ¡Ella ya ama a alguien! -exclama horrorizado -¡Además es menor de edad, la policía me arrestará! - muerde sus uñas, prácticamente como si escuchara a la misma en la puerta de su casa preguntando por él.

-Si la policía supiera de cada puta persona que se acuesta con crías yo no seguiría aquí -obvia, el otro asiente un poco más tranquilo -Además, ¿que hay de malo? Solo es un beso no es gran cosa, eso no te hace un criminal -sabe que es cierto, y también sabe que no debería sentirse así, pero la culpa disminuye notablemente.

-Gracias Murdoc -lo dice de corazón, el otro asiente desinteresado.

-De nada estúpido -se despide de él antes de que cierre la puerta.

Cuando se percata de que ya no hay nadie se carcajea, ahora sabe como molestarlo aún más.

Piensa un rato en silencio, ¿seria bueno decirle a Russ lo que hizo? Encoge sus hombros decidiendo que no lo haría, era su fuente de diversión verlos confundidos por el amor y muy probablemente el moreno intervendría. Eso no está bien, tienen que descubrirlo por si mismos.

Observa a la nada, muy en el fondo desea que lo de ellos funcione. No soportaría ver a la japonesita llorar por su amigo de ojos abismales.

Toma su botella y da un trago, por primera vez en su vida le sabe amargo.

Tiene un mal presentimiento.

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