Navidad

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Stuart se estira a lo largo de su cama.

No es lo suficientemente grande, pues sus pies quedan al descubierto con esta acción. El aire decembrino los acaricia y el responde con un escalofrío. Apaga la alarma antes de que esta suene, se sienta perezoso mientras mira el calendario, sonríe abiertamente para luego levantarse corriendo al baño de la emoción.

Veinticuatro de diciembre, navidad.

Se coloca una ropa sencilla, luego se dirige a la planta baja. Escucha el sonido de los trastes de un lado a otro y ve el árbol carbonizado en su sala, se siente horrorizado, ayer no estaba así.

-¿Russ? -busca desanimado.

-¡Por aquí Dents! -habla desde la cocina, se dirige ahí mirando con atención su apresurado paso -¿Que ocurre amigo? -lo ve de reojo.

-¿Que le pasó al árbol? -juega con sus dedos, Russel suspira evitando su triste mirada.

-Murdoc llegó muy borracho ayer -relata, talla sus ojos con una mano -Dijo que satanás aborrecía el árbol y decidió quemarlo con un encendedor y un desodorante en aerosol -puede notar los ojos de 2D cristalizarse -No te pongas triste Dents, hoy mismo comprare otro -afirma -Y te dejare escogerlo -Stuart se nota emocionado por dicha sugerencia.

-¿El que yo quiera? -sonríe abiertamente, Russel ríe.

-El que tu quieras -confirma, 2D ríe con renovada alegría para luego salir de su hogar.

Camina por las transitadas calles, las llena gente que seguramente busca regalos adecuados para la ocasión. Regalos que demuestren la dicha, la felicidad o el agradecimiento hacia ciertas personas por formar parte de su día a día. El era una de esas personas.

Entra a la joyería de aquella vez, buscando con la mirada los artefactos. Los encuentra apartados puesto que nadie los ha comprado, inhala exageradamente debido a la conmoción que le llenó cuando los notó, limpia discretamente sus ojos. Llama a uno de los trabajadores que atiende para pedirle dichos accesorios, el se aleja para buscar más en la bodega. A lo lejos puede ver a la señorita de la vez pasada, la saluda animado y ella aparta la mirada.

No sabe porque reaccionó de esa manera pero cree que quizás no lo reconoció, eso debió ser.

El joven regresa con una caja que contiene los cuatro collares, se ven lindos y relucientes. Le agradece una y otra vez al sujeto el cual solo niega avergonzado, diciéndole que no fue nada. Paga en la caja registradora, son baratos lo cual le hace más feliz aún.

Mete el presente en uno de los bolsillos de su chaqueta y sonríe, cada vez que camina su antebrazo choca contra su cuerpo y siente el bulto.

Aquel bulto le recuerda a Noodle.

Y cada vez que recuerda a Noodle suspira.

...

Russel va al trabajo que consiguió hace apenas quince días. El tráfico es terrible pues el medio de transporte en el que se encuentra no avanza ni un pelo.

Se desespera, quiere irse ya o llegará tarde. Mira por la ventana del autobús, la gente camina con evidente nostalgia a lo que se encuentra a su alrededor, de alguna manera se siente triste, llegara tarde para hacer la cena de esta noche además que no esta seguro si cumplirá su promesa con 2D.

Mira el autobús, nadie se sienta a su lado pues todos le temen. Debería olvidar esa tontería pero muy en el fondo quisiera que todos conocieran al cariñoso chico que escondía la dura coraza de su exterior, que no le juzgaran por su opaca piel y sus blanquecinos ojos. Suspira cansino y el señor que apenas hace unos momentos se sentó a su lado debido a que el transporte esta lleno, lo nota.

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