Capítulo 4: Acuerdo

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Con cada segundo que pasaba la lluvia aumentaba cada vez más. Así que, acrecentando la velocidad de sus pasos, la joven justiciera llevó a la aeronave a su nuevo compañero, sosteniendo con su brazo izquierdo la capa del joven que seguía buscando algo a lo que aferrarse.

Cuando llegó al vehículo, abrió la puerta del copiloto, jalando la capa del chico, haciendo que este quedara junto a ella, lo miró por unos segundos, empujándolo posteriormente hacia adentro. Gohan que por alguna razón no podía oponer resistencia, simplemente observó a la chica amarrar su capa al asiento del piloto.

Tras terminar su labor, Videl cerró la compuerta de golpe, obligándolo a quedar totalmente sentado, pasándose con rapidez al puesto del piloto. Subió, poniendo en marcha el vehículo en un santiamén

Durante el transcurso, el semisaiyajin se disputaba en su mente que debía hacer, claramente podía abrir la puerta y salir volando, pero pensaba que aquello sólo provocaría una cazaría aún más exhaustiva de la chica, y eso no entraba en la política de pasar desapercibido; en cambio, si continuaba con ella, tal vez pasaría menos visto.

Tras un rato meditando, prefirió quedarse. «Al fin y al cabo, qué podía salir mal» pensó.

La tormenta se mantuvo durante todo el transcurso hacia la mansión Satan; finalmente cuando Videl divisó su objetivo, descendió, aterrizando en cuestión de segundos en la parte trasera de la mansión del salvador del mundo. Apagó el vehículo, dejando un silencio sepulcral dentro de la cabina que ella rompió.

—Por favor, ¿no me obligues a meterte a la fuerza?

Gohan negó rápidamente con una pequeña sonrisilla. No sabía si todas las personas de ese planeta eran así, pero al menos esa chica, tenía un fuerte carácter.

Videl le devolvió una sonrisa confiada y orgullosa, desamarrando su capa, logrando que el chico pudiese moverse a su voluntad.

El joven bajó del vehículo, quedando asombrado por la enorme construcción frente a él, pero su visión cambió al escuchar la otra puerta del vehiculó abrirse. Gohan volteó, encontrando a Videl cubriéndose el rostro con las manos, intentando ver con más claridad, debido a la gran cantidad de gotas que dificultaban su visión.

Gohan que traía su casco, aquello no era problema, pero con la joven justiciera era una historia muy distinta. El moreno queriendo ayudarla, se acercó bastante a ella, y valiéndose de su estatura, cubrió como pudo a Videl con su capa. Ella sorprendida, sólo siguió caminando hacia la mansión, preguntándose por qué no lo había alejado, pero más importante aún, por qué le había agradado tenerlo tan cerca.

Intentando olvidar eso, siguió su camino hacia la comodidad de su hogar, sin poder evitar voltear a verlo en repetidas ocasiones.

Al llegar la joven abrió la puerta, entrando en los aposentos de su hogar seguido por su acompañante, que lleno de curiosidad, paseaba su mirada de ahí para allá, mientras caminaba junto a la chica.

La enorme mansión Satan, un lugar adornado con todos los lujos que cualquier persona quisiera tener. Formas de entretenimiento, zonas de descanso, una gran decoración, entre muchas otras cosas, cosas que a la heredera de todos esos bienes, no le importaba en lo absoluto.

Videl nunca había sido una persona materialista, podría decirse que era todo lo contrario. Aun teniendo la oportunidad, no vestía ropa de marca, ni joyería, ni siquiera se maquillaba en lo absoluto. Todo eso sólo le parecía una pérdida de tiempo.

Su ropa siempre se basaba en una camiseta blanca con la insignia de la preparatoria Estrella Naranja, una licra negra con botas largas de color verde, teniendo esas dos coletas que le daban aquella marca única a su conjunto.

Dragón Ball: Otra Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora