Muchas veces ellos dos combatieron. Lanzaron infinidad de golpes y patadas al aire, se defendieron hasta el último aliento, e incluso arrojaron alguna que otra risotada y gruñido durante los duelos. Sin embargo todas aquellas disputas compartían una similitud, eran solo combates amistosos, donde la diversión y el aprendizaje eran el centro de atención, al menos hasta ahora.
Gohan y Videl uno frente al otro, sabían que esta vez seria todo lo contrario. La joven actualmente poseída, no se detendría por nada del mundo, intentaría matarlo a como diese lugar.
Piccolo y Vegeta aunque impasibles por fuera, estaban ansiosos de ver el duelo, y más importante aún, como actuaria Gohan en la situación que se le presentaba frente a sus ojos.
Mientras tanto, ninguno de los dos hacia el primer movimiento. Gohan tenía la mirada fija en la chica de cabello negro, la cual adoptaba a la perfección una excelente pose de combate que no dejaba ni la más mínima abertura.
El mar debajo de ellos reflejaba a la perfección las cuatro sombras que permanecían flotando unos metros por encima, en tanto el intenso sol impactaba con fuerza en los cuerpos de todos los presentes.
De improviso la joven atacó y para sorpresa de los ahí presentes, su primer movimiento fue algo que nadie nunca llegó a imaginar que podría suceder. Videl hizo una esfera de energía oscura entre sus manos, gritando una frase muy conocida para ellos.
—¡KameHameHa!
Impresionado, al chico no le quedó de otra que esquivar el ataque, gracias a la increíble velocidad que tenía debido al poder que le proveía su estado místico.
Gohan, Piccolo y Vegeta dieron un respingo. No entendían como lo había logrado.
La joven aprovechando la sorpresa se acercó a su oponente, intentando golpearlo, no obstante lo único que consiguió fue cortar el aire. El hibrido evitaba a la perfección cualquier tipo de ataque de Videl, en tanto buscaba alguna solución definitiva.
Vegeta con desdén veía el duelo. Si por el fuera, hubiese terminado el combate desde el primer minuto con un ataque preciso, pero no era su batalla. Patético o no el enfrentamiento, él cómo príncipe respetaba un combate, y pasara lo que pasara no movería ni un dedo para intervenir.
En cambio los pensamientos del otro espectador eran muy distintos. El Namek seguía debatiéndose el ignorar la estúpida orden del príncipe e intervenir, o mantenerse al margen. Había demasiado en juego para someterse a tal capricho de una raza casi extinta. Lamentablemente sabía que dichos seres lo derrotarían de inmediato.
Videl continuaba intentándolo, fallando en cada oportunidad debido a la excesiva diferencia de poder entre los dos. No obstante Gohan no respondía a ninguna arremetida, continuaba observando los movimientos de la chica.
«Maldita sea ¡Que estas esperando Gohan! »Pensó el orgulloso guerrero apretando los puños.
—No atacara Vegeta —suspiró —. Al menos no todavía.
—¿De que estas hablando Piccolo? —cuestionó el príncipe, volteándolo a ver.
—No necesito ser un genio para saber que al igual que yo, te desespera la forma como está combatiendo el hijo de Goku, pero —miró al chico, que seguía en la misma actitud —. No va a herirla si puede evitarlo, posiblemente piense dar un golpe crítico.
»Abra que esperar. A menos claro que desees intervenir.
—Ya te dije que no insecto. Es su combate y por el orgullo saiyajin no me meteré ni dejare que tú lo hagas.
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Dragón Ball: Otra Vida.
Fiksi Penggemar¿Qué hubiese pasado si Raditz derrotaba a Goku? Después de la llegada de Raditz a la tierra y de su victoria sobre su hermano, este decidiría dejarlo vivir. Sin embargo, opta por llevarse al hijo de su familiar con la intención de convertirlo en un...