Capítulo 23: Furia.

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Piccolo siempre había sido considerado el estratega de los guerreros que defendían la tierra. Nunca dejaba de analizar y pensar detalladamente cuál sería su siguiente movimiento. Razón por la cual aunque no poseyera la fuerza de los saiyajin, lograba contribuir en algo a la victoria definitiva.

Sin demorar un segundo hizo exactamente eso. Planeó la forma de derrotar de la manera más eficaz y rápida a su rival. Paikuhan era un guerrero hábil y con cientos de años de entrenamiento. La fuerza no le serviría para ganar ese duelo, su única solución era la inteligencia.

Durante varios minutos combatieron en el aire, a unos quinientos metros del templo sagrado. Dende y Mr Popo habían salido del lugar, observando desde la plataforma de baldosas blancas todo lo que sucedía.

En ese tiempo Paikuhan siempre tuvo la ventaja. El guerrero del otro mundo era el único que atacaba, Piccolo en cambio solo se dedicaba a cubrirse, intentando responder a alguno de los golpes, fallando en cada oportunidad.

Para el Namek era más que claro que Babidi había aumentado la fuerza de su rival. Cuando Goku le platicó de él, sabía que sus límites eran parecidos al del súpersaiyajin, no debía tener tanta superioridad.

Finalmente la defensa perfecta de Piccolo se rompió. Paikuhan encontró una brecha por donde impactó varios golpes al pecho y estómago de su rival, derribándolo con una patada a la cabeza.

El hombre del otro mundo se arrojó en picada, alcanzando a Piccolo, quien seguía cayendo, volviéndolo a golpear por todo el cuerpo.

Desesperado, al Namek no le quedó de otra que usar todas sus fuerzas para rodear su cuerpo de energía, haciéndolo retroceder, provocándole ciertos daños a su rival, debido a la gran masa de luz.

Nuevamente ambos se alejaron, preparándose para un último asalto. Piccolo había sido golpeado bastante, un hilo de sangre salía de su boca, sus ropas estaban bastante maltratadas y su cuerpo tenía varios rasguños, mientras por el otro lado, Paikuhan parecía casi intacto.

El guerrero del otro mundo atacó primero. Empezó con varias patadas al rostro del antiguo enemigo de Goku, que fueron todas bloqueadas por los brazos de su rival, siguiendo con varios puñetazos, igualmente todos fallidos.

Aprovechando la sorpresa de Paikuhan, Piccolo intentó dar un puñetazo en el rostro de su contrincante, sin embargo fue detenido por la mano de su rival a centímetros de lograrlo.

Siendo incapaz de soltarse del agarre, el guerrero del otro mundo en un acto de salvajismo le cortó el brazo, lanzándolo lejos de ahí.

Un grito de dolor salió del Namek, siendo soltado segundos después por su rival. Confiado y seguro de su victoria, el luchador del otro mundo poseído por Babidi creó una esfera de energía entre sus manos, listo para terminar su trabajo.

Cuando sin previo aviso, un potentísimo golpe impactó en su espalda haciéndolo chillar aún más fuerte que Piccolo, quedando inconsciente en el aire.

Sonriendo el mejor estratega de los guerreros Z admiró como su brazo se encontraba detrás de su rival, tras haber disparado un rayo con todas sus energías a la espalda de Paikuhan. Su habilidad y destreza en los combates le habían hecho ganar una vez más.

Mientras tanto en las montañas Paos. Goku continuaba combatiendo con el que alguna vez fue el ser más poderoso que amenazó la tierra. Cell, el androide perfecto estaba a la par de Goku en su trasformación de súpersaiyajin fase dos.

Cell logró darle un puñetazo al saiyajin, mandándolo a estrellarse en una roca de donde no se movió.

—Esto es perfecto —dijo el androide colocándose enfrente de él —. Nunca imagine que podría tener más poder que antes.

Dragón Ball: Otra Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora