DESTINO (Jungkook) [COMPLETA]

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—¡Cielos! —Dae Hyung sonrió como si hubiese encontrado un tesoro—. Eres Kim Taehyung.
 
Asintió ligeramente mientras elevaba las comisuras de sus labios—¿Y entonces? —preguntó Taehyung con aquella voz ronca que lo caracterizaba.

—¿Taehyung? —una tercera voz bastante gruesa apareció llamando la atención de todos los presentes—. ¿Qué haces aquí?

Otro polisón había entrado al camerino, parecía que la seguridad allí era pésima. Aquel extraño de cabellos rubios miró extrañado a Taehyung mientras fruncía el entre cejo.

—Namjoon, voy a contratarla— respondió con una sonrisa ladina.

—¡Ni se te ocurra! Yo vine a eso — espetó Namjoon.

—No me digas... ¿Te envió Jungkook? —rió lo más sarcástico que pudo—.  ¡Típico!

Aquellos dos individuos quedaron peleando por lo mismo mucho tiempo. Selene ya entendía lo suficiente del idioma, sin embargo lo que no podía comprender era la razón de su discusión pasiva.

Observó a su jefe acercarse a ellos, conversó un tiempo. Finalmente vió a Dae Hyung asentir y dar la mano de ambos chicos que voltearon a verla con una sonrisa, y después se retiraron.

—Dae Hyung... ¿Que fue todo eso? —dijo haciendo una mueca de confusión.

—¿Conoces a BTS? —Selena dudó un poco y finalmente asintió mientras sonreía al recordar todo lo que su hermana le había informado de aquel grupo surcoreano, Eli amaba su música y por ello Selena tenía un vago recuerdo del mensionado grupo, y es que nunca le prestó mucha atención—.  Mañana realizarán una fiesta para celebrar el éxito de su nuevo álbum, acaban de contratarte para ser parte del show.

—¡Así que ellos son los famosos BTS! —pensó varios segundos.

—Yo nunca he hecho eso, no sé si quiero hacerlo —cruzó sus brazos. Analizó la situación y creyó que podría ser una oportunidad para volverse una bailarina reconocida, alguien de quien sus padres estuvieran orgullosos. Sin embargo, ¿qué pensarían ellos al verla bailar en prendas que parecen lencería de prostíbulo? ¡Cielos, tanto que pensar!

—Vamos Selene, ya les dije que sí y además van a pagarte muy bien, sólo tendrás que cantar y bailar un poco. Además, ten en cuenta la grandiosa oportunidad que se te está presentando. ¡Esos chicos peleaban por ti hace un rato! —Dae Hyung no sólo pensaba en el bienestar de Selene, también en lo mucho que le convenía que ella se hiciera más famosa para que el Cabarette lograra lo mismo.

—Bien —resopló rendida—, más te vale que... —fue interrumpida.

—Entonces mañana tienes que estar a las 21h00 en esta dirección —le entregó un papel —. Le diré a Chung Hee que te lleve, no pierdas y tampoco des a nadie esa dirección. Me pidieron severa confidencialidad.

Asintió mientas repetía varias veces en su cabeza la dirección que estaba escrita en el papel. Sonrió mientras observaba su reflejo en el espejo del mostrador ubicado en el camerino, analizó su silueta e imaginó el show que presentaría la noche siguiente.

—Vamos Luna, tú puedes. —dijo repetitivas veces en su cabeza.

¿Qué tan malo podía ser? Sólo debía recordar no beber alcohol y estaría bien.

Eso creía ella...

[...]

—Gracias por traerme Chung Hee, dile al jefe que estaré bien —bajó del coche negro que la había llevado a su destino. Acomodó un mechón de cabello que estorbaba y lo puso tras su oreja para luego caminar estupefacta y boquiabierta al ver el tamaño de aquella casa, no, de aquella mansión. ¡Cielos, era enorme!