Azul → Bulma Brief

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18. Pain in the heart

La puerta se abrió, tímidamente dió unos pasos entrando. Olía bien, solamente a frutas como a fresas y coco, bien amueblado y ordenado aunque imaginaba que por ser hombres iba a estar todo desordenado y mal oliente. Bulma se sentó en uno de los sofás cómodos. El efecto de aquella pastilla se estaba disminuyendo, el pánico que antes estaba sintiendo se había ido.

-¿Cómo te sientes? - le pregunto.

- Mejor, eso creo.

El se sentó frente a ella en la mesita del centro, la quedo mirando por un largo tiempo, solo unos minutos bastaron para que ella bajará la mirada y perdiera esa batalla, jugó con sus dedos. Él tomó una larga respiración negando con su cabeza mientras acaricia el puente de su nariz

- ¿Es que no tienes carácter? ¿Dignidad? Brief

- Lo tengo - respondió en un susurro.

- Parece que no, eres tan fácil de manipular que si te digo que te acuestes conmigo ahora mismo lo harías sin importar nada. ¿Que es lo que piensas cuando Maron te ordena algo? ¿Ser popular en la preparatoria? Déjame decirte que eso en nada te a ayudar en la universidad.

Bulma se encogió de hombros mirando a otro lado que no fueran esos ojos negros, se sentía tan incómoda en esta situación, el primer chico que le había encantando piensa lo peor de ella seguramente ¿cómo es que se va fijar en ella?

Decidió responder, por fin.

- Me siento acompañada, aceptada.

- No me jodas - el tono de voz de él fue suave a pesar de las palabras -Eres una chica hermosa, con educación y padres, una hermana que ve por tí aunque no lo veas ¿Cuál es el problema en tú vida? No has sufrido nada.

- Tú no sabes nada - contesto Bulma seria, después sonrió -Hagamos un juego, me dices qué has sufrido y yo te diré lo que he pasado.

Vegeta también sonrió, el espacio de ellos era cada vez menos. Bulma tenía las mejías rosas de la cercanía de ambos, se sentía segura de sí misma con él, sentía su dignidad volver.

- Mi madre, estaba loca, cuando mi hermano nació, lo trato de matar al igual que a mí, mi parte la llevó a un manicomio, jamás la volví a ver y ni siquiera sé que fue de ella, crecí con cierto trauma de ella, Tarble se crió con mi padre de una manera amorosa, yo no, a pesar de que mi padre hacía todo el intento por hacerme una infancia feliz yo me negué a eso a la «felicidad» no lo quise escuchar así como tú no quieres escuchar a tú padre, fue mi mayor equivocación, amargarme por una mujer que no conocí y trato de matarme siendo su sangre, la perdone hasta ahora, pero antes, tenía tanto rencor en mi corazón que hacía todo lo que tú estás haciendo, drogarme, salir a fiestas e incluso . . . llegué a embarazar a una chica, la hice a abortar a punta de golpes, la maltrate y la manipule a mi antojo, estuve meses en prisión pasando golpizas, en la enfermería de prisión, estuve apunte de morir, hasta que ella quitó la demanda y me dejaron en libertad condicional, mi padre hizo que volviera a la preparatoria e hiciera mi exámen a la universidad, lo hice. Pedí perdón a todo aquel que le hice daño, a ella.

Bulma miró hacia otro lado asimilando la información dada por él. Sabía que había maltratado a una chica, pero hacerle perder a un bebé totalmente inocente aunque ¿ella que tiene juzgar? No tiene derecho a juzgar sobre eso.

-No solo soy una niña estúpida que sufre por el desamor de sus padres o por qué su hermana nunca le puso atención y siempre la rechazó. Cuando tenía doce años, salí a jugar, por mi casa era común que el carrito de helados pasará, una vez tenía monedas y decidí ir a comprar un helado de fresa, el señor me dijo que si me subía con él, podría escoger más. Yo acepté y subí a la camioneta sin importar nada. El señor me drogo, no supe más, desperté en un parque cercano, pensé que solo me había robado el poco dinero que me habían dado o un secuestrador, no sé. Mis papás y la policía dieron conmigo, después de un tiempo supe de una notica horrible, me violó dormida, me dejó embarazada, solo lo sabe mi padre por qué el me llevo a una clínica privada a abortar, acepte por qué no iba a traer a un niño a sufrir y menos cuando tenía doce años. No lo tomo como que ya haya tenido relaciones, ni siquiera sentí ni siquiera supe nada, así que para mí yo sigo siendo virgen, no he experimentado eso aún. Era una parte lastimada de mi que supere pero cuando me enteré de mis padres fue el golpe que necesite para quebrarme ¿Entiendes? Con Maron me siento bien, con las drogas y el ego que me da, me siento nuevamente bien. Por que no le puedo decir a mi mamá y hermana que me sucedió, que estuve apunto de ser mamá, no. Mi padre me traicionó, mi confianza, todo. Destruyó a mi familia por su sucia amante de mierda.

Vegeta hizo un gesto de tristeza, no la puede imaginar a esa edad. Simplemente no puede ni pensar que hayan abusado de esa forma de la pequeña chica tierna de rostro angelical.

-Fui ilusa, fui tonta. Mis padres siempre me apartaron de la sociedad para protegerme e incluso toda mi infancia tome clases en casa y hasta la preparatoria fui a una escuela privada. Nunca supe de la malicia de la gente, de la maldad que había en las personas, creí todo. Ese fue el grave error, nunca conviví con personas, solo era mis padres y hermana, ni siquiera tenía amigos, nunca los tuve, en la preparatoria solo era Mai y ahora Maron. Por eso nunca me veías cuando ibas por Tighs, yo estaba en mi habitación o sala de juegos sola, mis padres me cuidaron de esa forma por qué a mí hermana la habían secuestrado, fue cuando yo era más pequeña, pidieron dinero por ella.

Vegeta le sonrió amable abrazándola, la estrecho en su cuerpo y ella lo acepto, olió su perfume masculino que siempre le había gustado. Al fin y acabo sabía que era su primer amor, que siempre le iba a correspondería

- Y qué bueno que me conociste hasta ahora, Bulma - susurró en su oído, ella asintió cerrando los ojos mientras sentía los fuertes brazos rodear su pequeño cuerpo frágil.

- ¿Sabes por qué te lo cuento? - Bulma sonrió esta vez como un semblante más alegre, el negó nuevamente con la cabeza confuso.
- Eres la persona más indicada, sospeche que tú tendrías un dolor parecido al mío. - Dijo.

-Lo sé

Ella rió apenada.

-Me llevas a casa ¿Por favor? - cambio de tema. Bulma se puso de pie cuando él acepto, pero al ponerse de pie sintió la visión borrosa y como el suelo tembló bajo sus pies, perdió la conciencia y para ella todo se volvió oscuridad, Vegeta corrió para tomarla en sus brazos.

Llevó a Bulma hasta su habitación dónde la depósito sobre su cama y la cubrió con las sábanas, no sabía qué hacer, si llamar a al padre o a la madre, recordó que ella sea lo que sea tenía más seguros sus secretos con el padre. Rebuscó en la mochila de Bulma, había un móvil

El contacto del padre estaba en emergencias

***

Bulma al despertar, un dolor de cabeza la sacudió. Se sentó sobre la cama, ya no estaba en el departamento de Vegeta, estaba en su vieja habitación, en la casa de su padre. Se levantó con cuidado mirando la hora, las ocho de la noche y ella no había llegado a casa aún

Se levantó y se miró en el espejo, totalmente abatida. Salió rápidamente de su habitación, unas voces se escuchan en el salón de estar. Observó a su padre hablar con las muchachas y a Tighs sentada sobre el sofá de cuero.

- Bulma, tenemos que hablar - Dijo su padre, Tighs se puso de pie al verla.

- No, me voy - Exclamó caminando a la salida, su hermana la tomó del brazo jalando su cuerpo con violencia hacia atrás otra vez. La obligó a sentarse en uno de los grandes sofás.

- ¿Cómo llegué aquí? ¿Quien te dijo?

- Tú amigo me llamo e hizo bien antes de que lo hiciera tú madre. Ahora me tienes que dar explicaciones como tú padre. ¿Que droga has consumido? - Preguntó sin rodeos.

- Ninguna.

- No seas imbécil Bulma , Maron o algún otro de su grupo te la dió - Advirtió Tighs.

- Cállate. ¿Con que derecho lo dices tú? Eres muchísimo peor que yo ¡Así que cierra tú boca!

Tighs se quedo sin habla al escucharla hablar

- Consumió tacha - Confesó Tighs.

- ¡Maldita perra traicionera! - Gritó Bulma arañando el rostro de su hermana, Tighs chillo dando unos pasos atrás sintiendo como su sangre comenzaba a brotar de su mejía.

Su padre puso el orden cuando le dió una bofetada a Bulma. Ella se quedó en un trance mirando a su padre con odio y lágrimas.

- Están muertos para mí - dijo Bulma saliendo de una vez por todas de aquella casa.