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15. Beyond the moon

El timbre sonó. Por lo que ella sabía que es lo que iba a pasar a continuación, solo un grupo pequeño se quedaría a la clase extra de laboratorio para obtener puntajes extras al final del semestre. Al salir como el se lo había prometido, está recargado en la pared con los brazos cruzados esperando. Sentía un pequeño aleteo en su interior indicando que no solo habían nervios, si no algo más que la hacía sentir diferente, aún no sabía y no estaba segura tan solo habían charlado algunas veces.

— Vaya, no pensé que te quedarás a las clases extras — rompió el silencio, Bulma por fin tuvo una reacción de sonreír tímidamente ante eso.

—Sí, necesito pasar bien estos semestres, es mi último año y de verdad quiero asistir a la universidad —Siguió hablando mientras ambos caminan por los pasillos hacia la salida.

— Yo daría clases extras, pero yo aún necesito seguir estudiando. Acabando este semestre me iré nuevamente a la universidad, es también mi último año — Dijo con entusiasmo. Al salir de la institución, algunos chicos de ahí los veían de una forma extraña y las chicas murmurando cosas. Bulma se dió cuenta e hizo un gesto de timidez.

— ¿No te meteras en problemas por salir conmigo?

—Pensé que no te importaría eso —Dijo él sonriendo mientras caminan a su auto — Además no es una cita romántica, es una salida de amigos. Soy igual de joven, no soy un viejo.

Bulma sonrió, fue por qué era cierto, lo único incómodo era que es su profesor temporal, ni siquiera fijo el solo viene hacer su trabajo social como otros universitarios. Subió al asiento copiloto y se puso el cinturón de seguridad. Observó los rasgos de él cuando se dispuso a manejar, tenía cejas gruesas al igual que sus facciones duras. Su cabello negro y acomodado de una forma inusual y eso era lo que más llama la atención además de su físico está muy bien, se ve que se ejercita bastante, muy masculino.

— ¡Bien! ¿A dónde quieres ir? — le pregunto.

— Pues no sé. ¿Quieres ir a mi casa? — Esa Pregunta le había sorprendido a Vegeta. Se tenso y sus manos apretaron el volante con fuerza

— No sé si lo vea bien tú madre.

— Mamá no está, además solo comeremos y ya.

—Bien.

Bulma asintió con la cabeza mirando por la ventanilla. Realmente está un poco nerviosa. Ella le dijo por dónde ir, no estaban tan lejos de la institución, él sabía dónde antes ella vivía debido a Tighs, no recuerda a ver visto a Bulma alguna vez cuando iba por Tighs con su hermano Tarble y Goku. Era para que alguna vez la hubiera visto.

— ¡Llegamos! — Bulma bajo corriendo a abrir. Vegeta solamente dió un suspiro no sabiendo que hacer, si entrar o no. No le podía hacer la grosería así que bajó del auto siguiendo los pasos de Bulma, al entrar vio que era una casita muy hogareña. Vio a Bulma en un banquito bajando comida de la alacena, eso le dió ternura.

— ¡Toma asiento! No tengo nada de comer nutritivo, mamá no dejo nada pero tengo donas y papas — Ofreció con una sonrisa caminando al pequeño comedor. —¿Te parece bien? — Vegeta Asintió con la cabeza observándola.

— Parece que vives bien aquí — Comentó mirando a Bulma comer una dona de chocolate.

— Pues sí, está bien. No son las mismas comodidades pero me gusta esta tranquilidad, mamá ahora me hace un poco más de caso.

— ¿Por qué haces lo que Maron te ordena?

Bulma dejó comer.

— No lo hago