→ Remember

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27. Remember

— Puedes ser más ordenado — Dijo Bulma recogiendo todo lo tirado, Zaabon río jugando nuevamente, en todas las vacaciones hace eso. Bulma bufó cansada dejando de recoger, sabía que ya había pasado tiempo y que debía hacerlo

— ¿Irás a ver a tú madre?

— Si, eso planeo ¿Tú que opinas?

—Opino que vayas, ya es tiempo de que madures — Exclamó — Si quieres yo te llevo.

— No, yo iré en taxi. Tengo que hacerlo sola, te veo en la noche si todo sale bien ¿Vale?

Zaabon asintió y la vio ponerse un suéter y subir para poder irse, hizo una mueca notando que últimamente ha tenido más entusiasmo que antes, tiempo atrás la veía más triste y confundida ahora que ve, es más radiante.

Ya había pasado Navidad, ahora solo quedaban unos días para año nuevo, habían pasado veinticinco de Diciembre con Doña Renée, no había estado tan mal, sus padres viven en Australia y no pudo ir con ellos este año.

Bulma había tomado el taxi, realmente esto le pone de unos nervios fatales, pero necesita hacerlo, querer estar bien, en Navidad fue con Tighs a hablarle nuevamente, todo había salido bien, comió con ella y después se fue con Zaabon para comer más con Doña Renée, pago el taxi y al bajar vio que todo seguía igual que antes, dió un suspiro caminando a la puerta.

Tocó el timbre en dos ocasiones.

— ¡¿Bulma!? — escucho a Annin.

— Hola ¿Cómo has estado? — pregunto.

— Yo muy bien, pero tú ¿Ya no vives aquí?

Bulma sacudió la cabeza en negación.

—Lo note, bueno, me tengo que ir nos vemos pronto — Se despidió la niña siguiendo su camino, Bulma siguió en la espera que realmente la estaba matando, habían pasado ya dos semanas después de todo eso, Vegeta una que otra vez le había mandado mensaje, realmente no sabía si era su novio o no. Después de ese encuentro, lo notaba más distante y eso le daba malos pensamientos ¿Solo la había querido por sexo? Le parte eso.

Su madre abrió, se veía más pálida, triste. Bulma se lanzó a sus brazos sin pensarlo dos veces, otra vez ese calor maternal que había necesitado tanto en esos momentos, su madre le correspondió a ese abrazo tan cálido.

— Perdóname — Pidió Bulma en un susurro

— Bulma, cariño, te extrañe tanto — Dijo su madre, a la chica se le escapó una lágrima y sollozo escuchando eso, ella también la había extrañado muchísimo y se había comportado como verdadera imbécil. Ambas entraron a la pequeña casa después de un tiempo afuera.

— Cuánto tiempo ¿Que has estado haciendo hija? — Escucho a su madre desde la cocina haciendo té para las dos, Bulma suspiro.

— Estoy viviendo con una anciana y mi amigo, trabajo por las tardes en una pizzería y sigo asistiendo a la escuela, supongo que ya te llegó mi boleta de calificaciones ¿No es así?

— Así es. Lograste ser independiente y eso es genial, cometimos el error de siempre tenerte con nosotros y no dejarte al mundo exterior también, siento eso hija, lo de tú padre también fue un golpe duro pero, no era fácil de decir.

—Ya no importa, comprendo a papá, lo bueno es que se dió cuenta y mejor se fue. Evito hacernos más daño. Iré a hablar con él en cuanto pueda, lo prometo

— Oye hija. Te vez más rellenita.

Bulma hizo un gesto.

— ¡Mamá! ¿Cómo puedes decir eso?

Azul → Bulma BriefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora