→ You have to go

1.2K 77 4
                                    




Despertó en medio de la noche, con una sensación extraña en su pecho. Paso su lengua por los labios rojos observando a su alrededor, está en su habitación ¿Cómo es que había llegado ahí? Si hace unos momentos estaba en el hospital. Quitó las sábanas que cubren desde sus piernas hasta su cintura, se levantó y sus pies tocaron el frío suelo.

— ¿Estás bien? — su voz la hizo temblar, vio su silueta en el umbral de la puerta. Bulma esbozó una gran sonrisa llena de emociones que pudo reconocer Vegeta, en el fondo se le quebró el corazón. Verla ahí tan emocionada, tenía que irse.

— Yo estoy bien. Mi hermana no. Tienes que llevarme con ella por favor — pidió ella desesperada poniéndose nuevamente el suéter.

— Estará bien, tus padres ya le dieron la noticia

— ¿Q-Que? — Tartamudeo tratando de comprender eso — ¿Hace cuánto que estoy dormida, eh?

— Hace horas. Parece que no habías dormido en días

— ¿Y como se lo tomo Tighs?

— Estuvo en shock. Los doctores han dicho que no note nuestra compasión eso solo la hará sentir inútil. Tú padre ha decidido llevarla lejos para su rehabilitación — Bulma levantó sus cejas azules cuando notó como Vegeta bajaba la mirada y fruncía levemente su ceño. Un semblante triste.

Alzó sus manos y agarró el rostro del hombre para que la mirará directamente a los ojos.

— ¿Ocurre algo, Vegeta?

— Nada. Vístete y nos vamos al hospital.

Bulma asintió rápidamente corriendo a sacar ropa limpia del clóset y después irse al baño. Vegeta se sentó en el borde de la cama aún cabizbajo observó la fotografía de él con Bulma en la cómoda, no pudo reprimir la sonrisa ¿Cómo es que había llegado tan lejos con una chiquilla? Ya había hablado de esto con los padres de Bulma, ella se iría con Tighs el tiempo que durará la rehabilitación. Tarble había estado de acuerdo con aquel plan. ¿Pero como haría que Bulma se fuera? Sabe que es caprichosa y no va a querer irse así nada más por qué se lo ordenó su padre además de que el bebé ya va nacer, tan solo pocos meses. Bulma se dió el baño más rápido de toda su vida para después ponerse los vestidos grandes que le había comprado su madre para su embarazo.

Durante el camino lo notó muy frío, como si quisiera que ella se alejará lo más pronto posible. Eso la hizo sentirse demasiado incómoda y dolida pero tal vez y solo era ella y su inseguridad. El hospital no estaba tan lejos de la casa de su madre en pocos minutos habían llegado, bajo del auto y cuando trató de agarrarlo de la mano él se alejó bruscamente para que no lo tocará. Algo duro.

Tenia su labio inferior atrapado entre sus dientes con algo de desesperación ¿Por qué se comporta así? ¡Como un verdadero patán! Al bajar del elevador Bulma camino en silencio y molesta.

— Oh. Debí haberle comprado a Tighs un regalo...

— Te dije que no le demuestres compasión, ni lastima — gruñó. Bulma hizo una mueca.

— Es solamente por cortesía.

Vegeta sonrió de lado empujando la puerta de la habitación de Tighs, ahí dentro estaba la rubia en una gran cama conectado a muchos aparatos. Bulma sonrió dando pasos rápidos y emocionados hacia su hermana para darle un gran abrazo.

— ¡¿Cómo estás!? Tighs me alegro tanto de que estés bien, me tenías preocupada eh.

— ¿Cómo estoy? ¡Estoy mal! ¡Estoy paralítica! Jamás podré hacer mis cosas por mí misma. Ni siquiera seré capaz de ir al baño sola — En la voz de la rubia se podía oír la frustración, por sus ojos negros se asomaron las lágrimas de rabia pura.

Azul → Bulma BriefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora