Dos.

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Madeleine era una maestra muy buena y cariñosa, enseñaba a los niños más pequeños del pueblo, a los hijos de los campesinos y de las gentes con pocos recursos, los cuales no se podían permitir escolarizarlos en las otras escuelas, por ser mucho más caras.

Los niños la adoraban, al igual que sus hijos, los cuales crecieron felices y sanos y tras la escuela, jugaban libres en el campo entre los animales de la granja y la naturaleza de los alrededores.

Niall y Zayn siguieron al servicio de Harry y entre los tres llevaban la granja, aunque de vez en cuando su esposa y Liam también ayudaban, aunque al ojimiel se le daba muy bien la cocina, así que se ocupaba más de mantener a todos bien alimentados.

En esos seis años que pasaron, Zayn y Liam se enamoraron, pasando de ser una total arrebato continuo de pasión con encuentros torridos entre los maizales y el granero, a ser un amor más dependiente y celoso, hasta alcanzar la madurez, por lo que ahora era un amor tranquilo, lleno de confianza y muy tierno.

Todo eran alegrías, las parejas eran muy felices, al igual que sus hijos y Niall y todos formaban una bonita y gran familia pero esa alegría no duro mucho más tiempo pues un mal día, Madeleine empezó a encontrarse fatigada y débil y con los días se complicó.

La esposa de Harry se mareaba muy a menudo y tenía dolor por todo el cuerpo, entonces llamaron al médico y tras mandarla urgente al hospital y hacerle unas cuantas pruebas, descubrieron que tenía una rara enfermedad terminal.

A Harry se le cayó el mundo encima pues su esposa era su vida, al igual que sus hijos y su granja y no podía creer que el destino se la iba a arrebatar tan pronto.

A pasar de prepararse pues era inevitable, cuando a las pocas semanas Madeleine falleció, el granjero se quedó totalmente devastado.

De nuevo estaba solo y aunque tenía a sus pequeños hijos, mucho trabajo en la granja y una escuela en la que muchos niños se habían quedado sin maestra y no podían seguir estudiando, nada de eso lo llenaba.

Lo más duro de todo para el ojiverde, fue ver las caritas de sus hijos, suplicantes de saber dónde estaba su mamá pues eran muy pequeños y no entendían lo que significaba la muerte.

Harry se sumió en una gran tristeza, la cual endureció su corazón, cerrando definitivamente la escuela, enviando a sus hijos a un colegio interno en el Sur y empezando a beber.

Niall, Zayn y Liam siguieron con el trabajo de la granja, haciendo lo que podían, aunque por supuesto sin el ojiverde les fue muy difícil llevarlo.

Un año pasó y Harry al fin salió de su encierro, aunque seguía bebiendo, ya que su corazón seguía doliendo.

...—Oye, ¿no vas a dejar venir a los niños éstas vacaciones tampoco?—preguntó Niall— ....El verano casi llega y seguro que están deseando verte y correr por aquí.

—¡No!, ¡este no es lugar para ellos!—gritó molesto el granjero—....¡están mejor en donde están!, ¡aquí solo hay tristeza y yo no tengo cabeza, ni paciencia!, ¡no puedo ocuparme de ellos!.

—¿Por qué no reabres la escuela, Harry?, varias personas en el pueblo siguen preguntando—volvió a hablar el rubio—… Así podrían regresar, los niños te extrañan mucho.… No los castigues más con tu indiferencia, son tus hijos, tu sangre, recuerda cuando tus abuelos vivían y tú creciste feliz aquí, ¿te hubiese gustado que te hubiesen alejado cuando perdiste a tus padr....

—¡Cállate, joder!—Volvió a gritar el rizado—… ¡recuerda que trabajas para mi!, ¡no te permitiré que me des lecciones!, ¡Joder, eres peor que una cotorra!, ¡déjame tranquilo!, ¡mis hijos no vendrán y punto!.—Sentenció molesto entrando en la casa.

Una semana después, en un día realmente caluroso, un coche paró en la entrada a su granja, mientras Harry cortaba leña y almacenaba en el lateral de la casa, para así poder combatir el siguiente invierno.

Este detuvo su trabajo y extrañado se acercó al ver a dos hombres que se bajaban, los cuales según se fue acercando, pudo comprobar que uno de ellos era el empleado de la inmobiliaria del pueblo.

El otro estaba de espaldas a él pero por su altura, sus curvas y sus finas ropas, le pareció un señoritingo de la gran ciudad.

...—Buenos días señor Styles, soy James Smith y trabaj....

—Sé quién es usted, ¿Qué hace en mis tierras?, ¿Qué es lo que quieren?—preguntó bastante molesto.

En ese momento, el otro hombre se giró al escuchar la voz ronca de Harry, quién pudo ver que este era un muchacho de unos veinticuatro años, que tenía unos hermosos ojos azules, una brillante piel caramelizaba y unas facciones muy delicadas.

En ese momento, el otro hombre se giró al escuchar la voz ronca de Harry, quién pudo ver que este era un muchacho de unos veinticuatro años, que tenía unos hermosos ojos azules, una brillante piel caramelizaba y unas facciones muy delicadas

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—Buenos días, soy Louis Tomlinson, señor Styles y quería saber si usted podría venderme o rentarme la escuelita del pueblo...verá soy profesor y estoy buscando un lugar tranquilo para trabajar, ¿Qué me dice al resp...

—Le digo que no, váyanse—les habló tajante.

Tras decir eso, les dio la espalda, echando a andar pero entonces sintió unas delicadas manos que lo detuvieron agarrándolo de un brazo.

—Por favor señor Styles, escuche primero mi oferta por lo menos...Me interesa mucho, por favor, déjeme enseñar en su escuela—suplicó Louis mirando a Harry fijamente con sus preciosos ojos humedecidos.

En ese momento el señor Smith recibió una llamada urgente, quién luego de colgar se excusó por tener que irse pero el ojiazul no quería un no por respuesta, así que le dijo que se fuese y él intentaría convencer a Harry.

—¿Por qué no se ha ido con su amigo?, ya le dije que la escuela no está en venta, ni tampoco se reabrirá —volvió a hablar molesto el granjero echando a andar de nuevo hacía la leñera.

—Es usted difícil, ¿de verdad no me escuchará?

—No, váyanse de mis tierras o li echaré a patadas.

Louis lo miró disgustado pero lejos de irse, se sentó en una enorme piedra para fumarse uno de sus cigarrillos, mientras esperaba que Harry se cansara de cortar leña o cambiara de idea.

Mientras lo miraba, el maestro no pudo negar que el granjero ojiverde era rudo pero también era jodidamente viril, con sus marcados bíceps y su pelo rozado ligeramente posado en sus hombros.

Además, se veía muy sexy cortando los grandes trozos de leña pero aunque sabía que era terco, Louis también lo era y se había propuesto conseguir la escuela.

Tenía de margen hasta el mediodía, momento en el que Smith había dicho que volvería por él, tan solo esperaba que antes de eso, el granjero ablandase su rudeza y hablasen.

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9. La granja Styles.-Larry Stylinson. TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora