Nueve.

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El siguiente turno de esa noche fue para Liam, el cual duró hasta que llegó la mañana, entonces el maestro ya estaba mejor y apena tenía unas décimas de fiebre, aunque le dolían el cuerpo, tosía y aún le faltaban las fuerzas.

Harry entró sorprendiéndoles con un rico desayuno que preparó y le llevó al enfermo a la cama, este constaba de un café con unas tostadas, frutitas picadas y el zumo natural de unas naranjas de su propio huerto.

...—Liam vete a descansar, ya me quedo yo.

—Pero ahora le toca a Niall— alegó este—…tu estuviste ayer y apenas has descansado.

El ojiverde negó.

—No te preocupes, estoy bien y Niall tiene trabajo fuera.

—Ok, como quieras.

Tras irse el ojimiel, el granjero admiró con cara de bobo, como Louis devoró todo con rapidez pues estaba muerto del hambre y eso era buena señal.

—Que bien que tengas tanto apetito, ¿está bueno verdad?—les alertó la voz del rubio apoyado en el marco de la puerta.

Louis masticó lo último que tenía en la boca y sonrió sonrojado, mientras que el granjero salió de su trance y se levantó bastante nervioso.

—Ve al establo, ya le dije a Liam que yo me quedaría—habló.

—Si lo se pero he venido a decirte que tienes una llamada del veterinario.

Este asintió.

—Ah ok, entonces iré a hablar por el teléfono del despacho.

—G-Gracias Harry—dijo el ojiazul nervioso—…estaba todo muy rico.

Niall miró a su amigo y jefe y después miró a Louis.

—No se puede negar que entre vosotros saltan chispas entre—rió con ironía cuando ya el ojiverde había salido de la habitación.

El ojiazul se entristeció.

—No creo que él esté dispuesto a tener nada nunca con nadie, tiene muy presente a su esposa... creo que sigue enamorado de ella.

El rubio apartó la bandeja y la dejó en la mesita, luego se sentó en el borde de la cama, acompañando al maestro.

—Harry es un hombre de campo, sencillo y que le gusta la vida tranquila... No tiene grandes metas ni aspiraciones más allá de que la granja prospere, que la cosecha no se pierda o que los animales sobrevivan... Cuando conoció a Madeline tampoco se decidía y ella fue la que actuó y cuando ella murió, él perdió una parte de su vida a la que se había aferrado y cuando alejó a sus hijos, lo hizo pensando en que aquí no serían felices si lo veían todo el tiempo devastado, pero ¿sabes una cosa?,—preguntó este acercándose a más—...él los extraña mucho y aunque no lo diga es un corazón de hombre, a veces le cuesta dar el primer paso y se piensa muchísimo las cosas, solo tenle paciencia... creo que si eres tenaz, acabará cediendo la escuela e incluso puede que algo más.

—¿Tú crees?, eso sería estupendo... Me encantaría quedarme en este pueblo, creo que sería muy feliz aquí y conseguir la escuelita me vendría fantástico— dijo Louis muy ilusionado pero sintió otro leve mareo y se recortó.

—Anda descansa, aún estás débil, la tontería de ayer te está pasando factura.

—Si, lo siento, fui un inconsciente... Lamento daros tanto trabajo y preocupación, no me conocéis de nada y he irrumpido en vuestras vidas.

—No te preocupes, lo importante es que te mejores—dijo finalmente el rubio mientras volvía a coger la bandeja, la ponía en la puerta y se sentaba en la butaca.

Louis estaba bastante cansado, sentía su cuerpo muy pesado, así que sus párpados se cerraron rápidamente, cayendo en un dulce y profundo sueño.

La mente de este divagó a su libre albedrío durante unas horas, haciendo que soñara con el guapo granjero ojiverde y que este le hacía el amor apasionante.

Ese sueño hizo que gimiera y respirara muy agitado pero una repentina presión en sus labios hizo que abriera los ojos, encontrándose con Harry, el cual lo estaba besado de nuevo.

—Hola

—Hola—sonrió el maestro muy sonrojado—…me besaste, creí que tú no...

El granjero le acarició su acalorado rostro.

—No pude evitarlo, no dejabas de decir mi nombre.

—¿En serio?—preguntó Louis avergonzado

Harry rió.

—Si, lo hacías y no solo eso

El maestro se tapó la cabeza con la colcha.

—Oh Dios, dime que más he dicho.

El granjero le quitó el cobertor y lo miró fijamente.

—Me suplicabas que volviera a hacerte el amor.

—Bueno...y-yo...es que la fiebre...

El rizado sonrió nuevamente.

—Tranquilo, no te de vergüenza, admiro que tu seas valiente y muestres tus deseos aunque estés dormido.

Louis chasqueó la lengua con fastidio.

—¿Y de qué me sirve?, aunque me gustes no tendremos nada y en cuanto este bien me iré y ya no volveré a verte.

—Eso no ocurrirá

—¿De qué hablas?, Harry, yo no puedo quedarme, ¿en calidad de qué lo haría?, tú no vas a cederme la escuela y tampoco pasarás página con tu pasado, ¿O si?

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9. La granja Styles.-Larry Stylinson. TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora