9. La granja Styles.-Larry Stylinson. TERMINADA.

Veintiocho.

En días siguientes, estando dormido Louis volvió a revivir los días en los que tras el desastre sufrido en la escuela, los Styles y él la remodelaron pues le dieron prioridad, ya que los niños no podían estar mucho tiempo sin ella.

Todos habían aportaron su granito de arena, Zayn y Niall arreglaron los pupitres que pudieron salvar de los destrozos, Harry reparó las ventanas rotas y Louis y los niños pintaron y decoraron las paredes a su gusto.

El ojiazul con el permiso de Harry, dejó que los niños dibujaran lo que quisieran, así que cada uno plasmado en la pared su arte.

Algunos de ellos dibujaron las letras del abecedario, otros los números y los más talentosos hicieron distintos paisajes e incluso dibujaron a sus compañeros, a su maestro y a ellos mismos mientras estudiaban.

Tras tres días de duro esfuerzo, la escuela del pueblo estuvo lista y abrió de nuevo sus puertas a los alumnos y a los papás que orgullosos se acercaron a admirar las obras de arte de sus pequeños.

La peculiar familia Styles estaba feliz y sonreía de nuevo pero todo esto se había visto empañado tras el segundo día de la vuelta al cole pues saliendo de está, un coche oscuro con sus cristales empañados apareció de la nada y casi arrolla al ojiazul cuando éste cruzaba la calle para subirse a la camioneta con Harry.

El maestro se había separado del grupo para volver a la puerta de la escuela y así comprobar bien y por segunda vez que la había cerrado.

Harry muy asustado, se bajó muy asustado de su vehículo del coche al ver a Louis tirado en el suelo pero por suerte no le había sucedido nada.

...—¿Estás bien, amor?, ¿Te ha golpeado ese loco?—preguntó el granjero muy preocupado.

Louis se incorporó y limpió su ropa.

—Si, estoy bien, no me ha hecho nada...Por suerte me dio tiempo a apartarme.

—Menos mal, pensé lo peor... No sé que habría hecho si te ocurries....

—Tranquilo Hazza, no pienses en eso, mira estoy bien, nada me lastimó—dijo Louis interrumpiendolo, mientras daba botes en el aire y reía para animar a su novio, el cual estaba temblando como una hoja.

El ojiverde lo abrazó con fuerza y con miedo como si éste se le fuese a escapar y entonces cayeron de rodillas uno frente al otro.

—¡Oh Dios mío!, ¡me asuste mucho Louis!, ¡no sé si podré conducir ahora mismo!.

Louis le levantó la cabeza de su hombro en el que lloraba como un niño, le agarró las mejillas y le besó.

—Hey oye, ¿Quién es el fuerte aquí?, Styles?, tu eres el pilar de todo esto...tu nos sujetas y no puedes flaquear.

—No, eso no es cierto—había sollozado el ojiverde—... parezco fuerte, pero no lo soy...Una persona fuerte se sobrepondría a la muerte de su esposa, no alejaría de su lado a sus hijos durante un año y no bebería hasta caer inconsciente... Tú eres mi fuerza Louis, si tú me faltases yo no podr...

—No Harry, no lo digas... Te debes a tus hijos y a los chicos... a tu familia y a tu granja, tranquilo, no me pasará nada pero si me pasara, tienes que reponerte y luchar... Seguir adelante y no desfallecer, ¿me oyes?, prometemelo...¡prometemelo, Harry!—le exigió el ojiazul.

El granjero lo miró con sus ojos llenos de lágrimas y sus labios apretados para no dejar salir las palabras que le causaban tanto dolor.

—¡Prometelo, Harry!—Volvió a exigirle.

Entonces el granjero asintió forzado.

—Te lo prometo Louis.

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