9. La granja Styles.-Larry Stylinson. TERMINADA.

Veinticuatro.

Zayn salió por la puerta de la casa como cada mañana, cuando de repente notó un extraño olor a humo, entonces escuchó relinchar a los caballos y corrió a los establos en la parte trasera.

Allí contempló con horror una intensa humareda que salía del granero y las cuadras de los animales, rápidamente regresó a la casa para buscar ayuda.

...—¡Harry!, ¡chicos!, ¡hay fuego!, ¡Rápido, todo se está quemando!... ¡los animales!, ¡vamos!.... ¡vamos!— gritó a pleno pulmón alertando a los demás.

En cuestión de segundos todos llegaron a la parte trasera donde estaba el desastre.

—¡Niall!, ¡Liam!, ¡traer las mangueras y todos los cubos que encontréis!—les ordenó el granjero para intentar salvar lo máximo posible—... ¡Louis!, ¡Zayn!, ¡Nosotros sacaremos a los animales!, ¡venga chicos!....¡vamos!.

Los niños lloraban desde las ventanas de sus habitaciones, mientras veían a sus mayores correr de un lado para otro incansablemente, intentando apagar el gran fuego y sacando a los pobres y asustados animalitos, los cuales algunos estaban bien pero otros tenían ya algunas quemaduras.

Aún con toda la ayuda del pequeño camión de bomberos del pueblo, que llegó minutos después tras la llamada de Liam, les llevó más de dos horas de intenso trabajo sofocarlo totalmente.

Harry estaba desolado, ya que había muchos animales heridos y tendría que llamar al veterinario, además no habían podido salvar a tres cerdas que estaban embarazadas y las cuales hubiesen sido unas importantes ganancias para la granja, con la venta de sus cerditos.

El granjero agotado y lleno de ceniza observó todo con mucha preocupación pues además parte de las cuadras que había construido su abuelo con tanta ilusión y esfuerzo estaban prácticamente destruidos.

—Tranquilo Harry, saldremos adelante... Lo reconstruiremos, todo no te preocupes—dijo Zayn dándole una suave palmada en la espalda.

—Si eso Harry, lo importante es que estamos todos bien y no le ha pasado nada a la casa ni a la cosecha—dijo Niall también.

El rizado asintió aunque estaba muy callado.

Tras unos minutos uno de los bomberos se acercó para comunicarles lo que habían averiguado.

—Bien, lo hemos revisado todo, señor Styles y no ha sido un cortocircuito como pensamos en un principio.

—¿Ah no?, ¿y entonces qué ha pasado?—preguntó éste muy sorprendido y mirando a los demás.

—Pues todo indica que ha sido por una colilla...Hemos encontrado también este paquete vacío medio quemado—dijo de nuevo el bombero.

Harry, Zayn, Niall y Liam miraron entonces a Louis con cara de no entender nada.

—Ha-Harry, yo no he sido, lo juro—dijo rápidamente el ojiazul.

—Tú eres el único que fuma de todos nosotros Louis y es justo tu marca—dijo Harry decepcionado.

—Lo sé, pero y-yo ya apenas fumo y mucho menos lo hago en el granero, además siempre piso la colilla, lo juro—dijo Louis temblando muy angustiado.

Harry chasqueó la lengua y tiró de él cariñosamente para abrazarlo.

—Tranquilo, no te acusamos... Venga, no te angusties más, no es bueno para ti y además como dicen los chicos, lo importante es que estamos todo bien. Ya lo reconstruiremos todo ¿de acuerdo, amor?—dijo finalmente.

—A veces ocurre que el viento puede reavivar fuegos o utensilios incendiarios que creímos apagados.  Incluso puede arrastrarlos algunos metros—habló de nuevo el bombero.

Louis miró a los ojos a Harry buscando perdón y se abrazó todo lo que pudo a su pecho pues en realidad no estaba al ciento por ciento seguro pero no soportaba la idea de ser el culpable de ese desastre.

Tras despedir a los bomberos, los chicos se pusieron manos a la obra, mientras Harry volvió a la casa para tranquilizar a los niños y ayudarlos a prepararse para acudir de nuevo a la escuela.

El ojiazul se dio una ducha rápida, mientras Harry se lavaba en silencio y minutos después se subieron a la camioneta y pusieron rumbo al pueblo.

Todo el camino estuvieron callados, incluso los niños, los cuales siempre iban cantando y riendo o hablando, entonces Louis aún se sintió peor pues odiaba poder ser también el causante de un trauma tan grande, para los hijos de Harry, por culpa de su adicción al tabaco, el cual se había acentuado desde que habían comenzado los juicios.

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