Capítulo 27: Le importas

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Lydia Martin

—No puedo creerlo—Aiden me mira perplejo, no dejaba de mover sus largas pestañas—. Debió ser un infierno para ustedes.

Asiento repetidas veces y tomo un sorbo de mi batido de fresa. Vaya que había sido un infierno, cuatro adolescentes de quince años casi salen lastimados por culpa de nosotros. Por culpa del maldito Karma.

—Me gustaría haber estado allí para ayudar—noto el dolor en sus palabras. Paso mis manos por encima de la mesa y tomo las suyas.

—No podrías haber hecho nada Aiden, ella lo tenía todo planeado—le digo, más que nada para convencerme a mí misma. Me hubiera gustado tener toda la ayuda posible en ese momento.

—¿Y enserio crees que es Malia es la enmascarada?—dice—. ¿Estás cien por ciento segura?

—Más que nada—afirmo y me recargo en el respaldo del asiento.

Dejo salir un bufido. Aiden me había dicho un par de cosas mientras que hablábamos, me informó que Derek y el entrenador no lograron atrapar a la enmascarada, al parecer esta alcanzó a meterse al elevador y antes de que ellos subieran por las escaleras ella ya había desaparecido.

Mi suposición de que Malia era Karma pareció impresionarle al principio, pero poco a poco fue convenciéndose. Ojala fuera así de fácil convencer también a Stiles.

Stiles...

—Sigo pensando en lo que le dijo a Stiles—las palabras salen de mi boca sin mi consentimiento.

Le había contado también sobre la extraña conversación entre Stiles y Malia (La enmascarada) mientras esa perra me estaba arrastrando por el pasillo.

Aquella estúpida cuerda me dejó marcas en la piel de mi tobillo, aun arden si no las lavo constantemente. Tengo que beber de mi batido para evitar pensar en las diferentes formas de matar a los enmascarados.

—¿Pero por qué Stiles haría un trato con Karma?—dice desconcertado—. Oh mejor dicho, con Malia.

No tiene caso seguir preguntándole, el parece más desconcertado que yo. Me limito a encogerme de hombros.

Aún así me agrada hablar con él, siento que puedo decirle cualquier cosa, resulta tan fácil desahogarme cuando sé que él esta escuchándome. Claro que, sería mil veces mejor hablar con Stiles.

Siento un escalofrío en mi brazo, aquella sensación característica de pensar en Stiles Stilinski. Algo a lo que ya debería estar acostumbrada.

Suelto la mano de Aiden. Él se da cuenta de mi repentina ansiedad.

—¿Por qué te interesa tanto Stiles?, aún después de lo que te hizo—dice confundido y yo nunca pude haberme sentirme más patética que en este momento. ¿Cómo es que soy tan legible para los demás?, ¿Es que es tan obvio cuanto me afecta Stiles?

Inspiro aire.

—Ahora, ya no sé en qué pensar —dejo de mirarlo y comienzo revolver el contenido de mi batido con el popote—. No sé por qué lo hizo pero me interesa, Aiden...no puedo evitar que lo haga—digo, rendida—. Necesito saber la verdad.

—Sabes que yo sigo sin confiar en él—hace un mohín—. Es un idiota por lastimarte, no es justo herir a las personas sin ninguna razón.

Me cruzo de brazos y mantengo la vista fija en mi batido. No tengo hambre en realidad, lo único que quiero es llegar a mi habitación para poder pensar y llegar a una conclusión sobre todo este asunto. Pero también me alegra poder haber arreglado las cosas con Aiden, de verdad no puedo creer que existan chicos como él, estoy feliz de que me haya perdonado.

La Manada Del 6B || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora