Capítulo 39: La cacería

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Una explosión en el pasillo nos obliga a tirarnos al suelo. Los gritos inundan el edificio mientras nuestras respiraciones se mezclan en el pequeño espacio del cuarto de limpieza. Escucho como Stiles, que está encima de mí, envolviéndome en un abrazo protector, me susurra un débil «Estás bien» al que yo asiento con un frenético movimiento de cabeza, aunque ni siquiera había sonado como una pregunta.

Los gritos aumentan y escuchamos el eco de las pisadas por el pasillo, Scott se levanta y asoma la cabeza por la pequeña ventana de la puerta.

—Todos están corriendo...Los pasillos se vacían—dice, tratando de controlar la alarma en su voz.

Stiles me ayuda a levantarme y yo me sacudo la tierra de mi vestido en un intento de controlar mis manos temblorosas. Él se da cuenta de mi nerviosismo y entralaza sus dedos con los míos en un agarre firme.

—Alguien viene—susurra Scott, antes de agacharse de nuevo.

Stiles tira de mí y me coloca detrás de él. Segundos después la puerta cae justo frente a nosotros y todos soltamos un grito.

—¡Te dije que estarían aquí!—grita Malia con emoción.

—Sí, eso mismo dijiste cuando fuimos a los otros cinco cuartos de limpieza—le dice un Jackson irritado.

—¿Qué hacen allí todavía?...¡Tenemos que correr!

Nadie duda en obedecer las ordenes de Malia Hale, tomo con fuerza la mano de Stiles y ambos salimos del cuartito. Lo arrastro por el otro pasillo, manteniendonos lo más alejados de la dirección y la Habitación 63, no quiero que a Stiles se le ocurra hacer una tontería.

Sé que los demás me siguen cuando escucho sus pisadas por detrás, y seguimos corriendo cuando vemos al entrenador al final del pasillo.

—¡Entrenador Finstock!—grita Scott con un alivio evidente.

Yo sonrío cuando veo que se gira en dirección a nosotros, pero toda emoción se desvanece cuando vemos las cuerdas alrededor de su cuerpo.
El entrenador patalea y comienza a chillar en cuanto nos ve, pero ninguno de nosotros logra entenderlo debido a la cinta que cubre su boca.

—¡Lydia no!

Dispuesta a ayudarlo, doy un paso hacia él cuando la mano de Stiles se aferra a mi muñeca, pero para cuando me he dado cuenta ya es demasiado tarde. Miro la soga debajo de mi pie y cuando estoy a punto de reaccionar siento un fuerte empujón que me hace caer a varios metros de distancia, Stiles ahora me reemplaza en mi lugar y sólo alcanzo a ver como la soga se ajusta a su tobillo y tira de él.

Pero no es el único, Jackson, Scott y Aiden caen al suelo de repente, para luego ser arrastrados por el suelo en dirección al entrenador, mientras este grita. Me levanto en un santiamén y corro hacia Stiles.

—¡Stiles!—grito.

—¡Lydia!

Corro sin parar mientras él es arrastrado lejos de mí, sin embargo los gritos ahora femeninos por detrás de mí me hacen mirar sobre mi hombro para ver como Malia y Allison son sujetadas por unas sombras extrañas.

—¡No!

El grito desgarrador de Stiles me hace gritarme de nuevo hacia él, pero me detengo de golpe antes de chocar contra un cuerpo ajeno, no tengo tiempo de hacer nada cuando unas manos me sostienen por detrás y el sujeto frente a mí me cubre con un saco.

Grito y pataleo cuando dejo de sentir el suelo por debajo de mis pies, pero siento como mis fuerzas se van desvaneciendo con cada bocanada de aire que inhalo. Finalmente, mis manos dejan de golpear la espalda del sujeto extraño y mis piernas caen débiles en su pecho, mientras mi cabeza me pesa aún más y mis ojos no pueden hacer otra cosa más que cerrarse.

La Manada Del 6B || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora