Capítulo 20: ¿Qué es esto?...Ah claro, se llaman sentimientos.

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¡Lydia!

¡Lydia!

Era lo único que escuchaba, aquellos gritos provenientes del otro lado de la puerta. Pero yo trataba de ignorarlos, y sumirme en mis pensamientos, tenia que hallar alguna forma de distraerme de la realidad.

—¡Lydia por favor!—grita de nuevo—. Sé lo que sientes, déjame entrar y hablaremos de esto.

Niego con la cabeza, como si ella pudiera verme. No quería que entrara aquí y hablara conmigo, pero tampoco quería estar sola. Era una sensación extraña, y horrible, definitivamente no me gustaba para nada, no sabía que era posible estar triste y enojada al mismo tiempo, pero era lo que sentía justo ahora.

Me sentía como una mierda.

—¡Lydia por favor!—grita la chica—. De acuerdo, voy a entrar.

Enseguida veo como la perilla gira de un lado a otro y la puerta se abre mostrándome a una Allison muy preocupada.

En cuanto la miro, las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas sin mi consentimiento. No sé que es lo que estaba pasándome, pero al parecer ella sí, ya que lo primero que hace es envolverme en sus brazos.

Entierro mi cabeza en su pecho empapando su camiseta con mis lágrimas, mis sollozos hacen eco en el pequeño cuarto de limpieza.

Allison estira su pierna y cierra la puerta de una sola patada.

—Eso es—murmura contra mi pelo—. Tranquila, estoy aquí, puedes limpiarte todos los mocos que quieras en mi blusa no te preocupes, para eso existen las lavadoras.

Suelto una risa ahogada y vuelvo al llanto. Permanecemos así por un buen rato hasta que mis lágrimas se acaban y mi garganta se cansa de sollozar, pero no nos movemos, Allison aún me sostiene entre sus brazos a los que estoy aferrada. Somos ella y yo, una chica consolando a su mejor amiga, la cual está de una u otra forma herida.

—No puedo creer que haya hecho eso—digo con la voz entrecortada—. Creí que...fui una estúpida.

—No Lydia, tú no tienes la culpa, además...fui yo quien le dio alas a la situación.

—Tú sólo tratabas de ser una buena mejor amiga, de esas que se emocionan cuando la otra tiene una cita—le digo—. Como en la televisión.

Ella ríe.—Es que no puedo creer que hayan regresado, es decir...—chasquea la lengua—. Fue Stiles quien terminó con ella en primer lugar, además se notaba que le gustabas.

—Pues ya ves—suelto un bufido—. Stiles Stilinski no es más que un idiota.

—No lo creo, conozco a Stiles y él no sería capaz de hacer algo así.

Me deshago de su abrazo de manera brusca, y la miro estupefacta.

—Pero lo hizo, Allison—espeto—. Además, estamos hablando de un chico que estudia en un internado, ha hecho cosas terribles y tú no crees que pueda ilusionar a una chica para luego dejarla botada.

Siento las lágrimas arder en mis ojos, no había pronunciado aquello en voz alta, y ahora que lo había hecho, sonaba real.
Stiles me dejó plantada en nuestra primera cita, y lo que es aún peor, lo había hecho para verse con una de mis amigas—Su exnovia para ser exactos—, y pedirle que volvieran a estar juntos.

Eso me suena a algo que hace un idiota, un patán.

—En todo caso, creo que deberías preguntárselo directamente a Stiles—sugiere.

—¿Estas diciendo que Malia podría estar mintiendo?—arqueo una ceja.

—No...—dice, pero no parecía muy convencida—. Pero creo que deberías hacerlo—se encoge de hombros.

La Manada Del 6B || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora