CAPÍTULO NARRADO POR: SAIONJI SEIJURO
<<El equipo de baloncesto de la Secundaria Teiko va a jugar su próximo partido contra el equipo de baloncesto del Instituto Rakuzan>> La gran noticia puso pálidos a todos los integrantes del último equipo nombrado; a la gran mayoría de los miembros les aterraba la idea de competir contra la Generación de Milagros, pero yo no me había puesto blanco por la misma razón que a esa mayoría, yo había palidecido de la emoción; el tan sólo pensar que compartiría cancha con la Generación Milagrosa le dio un vuelco a mi corazón y casi se me detiene, dejándome sin respiración.
Ryu y Yuki (mis dos grandes amigos) no eran fanáticos del baloncesto ni tampoco les interesaba demasiado la Generación de Milagros, pero fueron los primeros a los cuales les dije la emocionante noticia (un día después de yo haberme enterado) que me había dejado sin poder dormir durante toda la noche anterior. A pesar de no haber reaccionado de la misma manera en la que yo reaccioné (como era de esperarse, puesto que en ellos no había ni una gota de fanatismo en mi deporte favorito ni en mis ídolos), Ryu y Yuki se alegraron de mi felicidad y hablamos, hasta más no poder, de cómo debía comportarme estando delante de mis personas más admiradas y sobre cuáles eran mis planes para antes y después del partido.
En mi casa nadie era amante del baloncesto y nadie disfrutaba de hablar conmigo sobre mi deporte favorito; por ende, nadie podía alegrarse de mi felicidad como lo hacían Ryu y Yuki. Mis padres siempre estuvieron apoyándome en todo, pero nunca se interesaron en aquello que me apasionaba, además de las clases. Mi hermana, Saionji Akari, una estudiante de secundaria, estaba enfrascada, no sólo en su odio por la Generación de Milagros (esto ya era un obstáculo para entablar una conversación con ella acerca del baloncesto), sino sobre todo en el voleibol, un deporte que día a día practicaba (ya fuera en sus entrenamientos o en el patio trasero de la casa) para mejorar su trabajo como armadora, y nunca se cansaba de jugar; se le veía feliz cuando tocaba la pelota con las yemas de sus dedos y la impulsaba hacia arriba; por esa razón nunca fui capaz de sacarla de ese mundo y meterla dentro del mío, eso sólo la haría infeliz. A falta de no poder atraer la atención de mi gente cercana hacia mis cosas más adoradas, vi a Ryu y a Yuki como único refugio al que asistir por si necesitaba tener a personas con las cuales compartir mi felicidad y hacer notar mi entusiasmo sin que se sintieran incómodos.
A Ryu lo conocí en Teiko, en mi segundo año de secundaria, donde asistí luego del cierre de mi escuela. La particularidad de Teiko es la falta de rotación de sus alumnos con respecto a la sección a la que son asignados; es decir, si un alumno es asignado a la clase 1-A, el próximo curso estará en la clase 2-A y terminará la escuela en la clase 3-A, compartiendo siempre con los mismos compañeros. Como yo no estudié en Teiko desde el comienzo, al llegar a la clase 2-B fui un completo desconocido para todos, y todos fueron completos desconocidos para mí; yo no conversé con ninguno de ellos, y ellos tampoco quisieron acercárseme a hablar durante un largo tiempo; me quedé, por lo tanto, solo. En la hora del recreo me quedaba en mi pupitre haciendo dibujos o escribiendo algún cuento pequeño; en el almuerzo comía sin estar sentado con nadie, esperando a que terminara la hora de comer para retomar las clases y distraerme con la nueva materia que diera el profesor. Hasta después de un mes no tuve la compañía de Ryu, quien se sentó un día a mi lado y estuvo charlando conmigo hasta la llegada del maestro; mis conversaciones con él en cada cambio de clase terminaron por convertirse en una rutina, entablando, así, entre los dos, una relación de amigos inseparables.
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Emperor Red "Heterocromía"- Akashi Seijuro (KUROKO NO BASUKE-KUROKO NO BASKET)
Fanfiction"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados. Lástima para ella estar...