"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados.
Lástima para ella estar...
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—No es normal que alguien se esté tardando tanto en buscar un jugo de naranja—reproché, sacando mi teléfono, cruzando las piernas.
Como casi siempre, Kotaro, Eikichi y yo comíamos en el salón de clases de Saionji Akari por petición de Kotaro. Normalmente nosotros tres juntábamos nuestros pupitres alrededor de la mesa de la chica; Kotaro a su lado derecho, Eikichi a su lado izquierdo y yo al frente de ella, para hacer el menor contacto posible, pero Saionji no paraba de golpear mi pierna con sus pies o de pisarme por puro "accidente". Hoy la organización no era diferente, mas sí lo era el tiempo para comer que nos quedaba, pues Saionji Akari había ido a buscar un jugo y se había demorado más de quince minutos y por orden de Kotaro, nadie podía abrir su bento y comer hasta la llegada de la gigante del cabello largo.
¿Quién se tarda más de quince minutos en buscar un mísero jugo de naranja? La cafetería no debía estar completamente llena y sí así lo estuviera, con bajar al patio y acercarse a una máquina expendedora ¡Voila! Tendrías el jugo enseguida.
Kotaro me dio un suave golpe, chocando su hombro contra el mío. << ¡Auch!>> Exclamé adolorido.
— ¡Reo, —gritó— no debes usar el móvil a la hora del almuerzo. Es hora de comer, no de contestar mensajes!
— ¿Y si es hora de comer por qué no estamos comiendo? —respondí sin mirarlo a la cara, atento a mi teléfono.
Kotaro bajó la cabeza, avergonzado. Eikichi soltó una estruendosa y larga carcajada, apretándose la boca del estómago y escupiendo por toda su mesa mientras se reía. No pude evitar dibujar una pequeña sonrisa en mi rostro.
—De todas formas...—añadió Kotaro dejando de lado la vergüenza— ¿Qué tantos mensajes contestas? A mí no me llegan tanto e-mails de chicas guapas...
Apreté mis dientes, intentando relajarme por su comentario, el cual, sólo ignoré al calmarme. Los mensajes que me envían no son nada más y nada menos que problemas de chicas adolescentes las cuales necesitan la ayuda de Mibu-Mibu Ree para solucionar sus conflictos. Kotaro no sabe nada acerca de mi identidad secreta por una simple razón: en el blog de Mibu-Mibu Ree destinado para chicos jóvenes, Kotaro es quien más mensajes manda, ya sean o no pidiendo ayuda. Puede escribir un post preguntando qué le recomiendo para cenar o a qué hora se debería duchar. Lo peor de todo es su nombre de usuario, el cual delata su identidad verdadera: Raiyu_Sin_Crown.
Una vez contestadas todas las dudas de mis seguidoras, guardé el móvil en mi bolsillo y abrí el bento, sacando los palillos para comer. Kotaro me interrumpió antes de poder meterme la comida en la boca.
—Reo, es de mala educación comer cuando faltan personas en la mesa—riñó, cruzando sus brazos, frunciendo el ceño.
Dejé molesto los palillos dentro del bento y apoyé mis manos en el pupitre, mirando a Kotaro seriamente.
