"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados.
Lástima para ella estar...
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Decidí ir a la azotea de la escuela por dos razones: una para tranquilizarme, y otra para repasar para el examen.
He recibido varias clases de apoyo por parte de Mibuchi, y aunque debo admitir que ha aprendido a enseñarme con calma como Akashi, sigue teniendo una leve obsesión por el estado de salud de Hayama. Agradezco a Dios que el fenómeno de cabello naranja ya se sienta mejor y que pronto pueda venir a la escuela.
–Hace...Frío...–Botaba aire apretando los cuadernos sobre mi pecho caminando hasta llegar al sitio más tranquilo de todos. Sentada echando mi espalda sobre las rejas.
Con paso lento intenté llegar pensando si de verdad sería una buena idea irme hasta la azotea para estudiar, pero prefería aguantarme el frío a ir a la biblioteca donde sorprendentemente hay mucho ruido. Me siento levantando las rodillas para apoyar mi mandíbula en ellas, era la hora de que valiera la pena todo lo que Mibuchi me había estado "enseñando".
– ¿Saionji? –dijo una voz conocida. La curiosidad me hizo levantar mi cabeza para encontrarme con la persona que me llamaba–Es la primera vez que te veo en la azotea.
Me ruboricé inmediatamente al ver a Mayuzumi parado justo en frente de mí con una sonrisa en su rostro. Era una de las pocas veces que sonreía, y creo que me podría considerar en este instante la persona más afortunada. Traía un pequeño libro que agarraba con su mano derecha; se sentó a mi lado.
–Eh...–me trabé, las palabras no salían de mi boca–Mayuzumi...Hola.
– ¿Estudias en la terraza? –Preguntó cotilleando entre mis libros–Yo hago lo mismo–ladeó su cabeza con una sonrisa de medio lado.
–Muy...Muy pocas veces lo hago–respondí acariciándome la nuca–Lo que pasa es que hoy...Ehm...Tengo examen de...Ehm...
– ¿Historia Mundial?
–E... ¡Exacto!
Sus largas y finas manos me ponían más nerviosa de lo que debía estar, probablemente iba a arruinar mi tiempo de estudio, pero lo iba a hacer de la mejor manera posible. – ¿Le debo hablar? –Pensé abriendo una página de mi libreta de Historia. Me hacía muy poco caso, estaba leyendo su libro con gran interés, parecía disfrutarlo.
– ¿Cuá...?–me mordí la lengua prefiriendo no preguntarle nada.
– ¿Qué?
– ¡No, nada! –farfullé enterrando mi cabeza en mi cuaderno.
Sabía que Mayuzumi se extrañaba de mi rara personalidad, ya que solo actuaba de esa forma cuando estaba delante de él. Perdía mi orgullo poco a poco al decir palabras sin sentido, pero Mayuzumi de alguna manera siempre era capaz de dejarme al final una sonrisa en la cara.
–Sé que Mibuchi es un poco malo enseñando–dijo–Si tuvieras problemas con física yo te hubiese ayudado.
–Era justo lo que le iba a preguntar– "¿Cuál es tu materia favorita?" Se me pasó por la cabeza justo antes de arrepentirme por interrumpirlo en su lectura.
