CAPÍTULO NARRADO POR: SAIONJI SEIJURO
No me topé con la penetrante mirada de Akashi Seijuro en todo el partido hasta que tuvimos un enfrentamiento frente a frente, en el cual mi sonrisa no bastó para quitar la inexpresividad de su rostro, y una vez Akashi utilizó su habilidad sobre mí y me tiró al suelo, permitiéndole encestar, él nunca volvió a posar sus ojos sobre mí y jamás dio un indicio de poder recordarme, ni si quiera cuando miró mis zapatos, pues sólo les dio un vistazo por encima y no les dio importancia. Tampoco pareció afectarle haber tenido a otro Seijuro en la pista; él simplemente se veía como si no sintiera nada.
El encuentro de Teiko contra Rakuzan fue comparado con el partido de Teiko y Meiko, partido reconocido por su aplastante resultado de 111-11 y por la manera tan cruel en la que los cinco prodigios derrotaron a los novatos de Meiko. No me fue difícil entender por qué todo el mundo asociaba el partido de nosotros, Rakuzan, con el de los chicos de Meiko, pues la Generación de Milagros nos arrebató la victoria de una forma tan horrible como se la quitaron a Meiko, con la única diferencia de que a nosotros nos humillaron el doble por ser estudiantes de preparatoria que quedaron a 80-40 en desventaja contra a unos muchachos de secundaria; pero incluso el plan de Teiko para ganar, y no quedar como "los malos de turno" si utilizaban toda su fuerza al jugar, fue muy parecido al método utilizado en su momento contra Meiko: a nosotros nos dieron ventaja los primeros minutos del partido, quedando Rakuzan 0-10 a favor, pero cuando se cumplieron los diez puntos, Teiko pidió tiempo muerto y durante ese descanso Akashi Seijuro les habló sin parar a sus compañeros de equipo y a su entrenador, teniendo en mano la atención de todos. Una vez se volvió a la cancha, los diez puntos obtenidos de Rakuzan fueron marcados por los cinco miembros de la Generación Milagrosa, y después de eso ellos se dedicaron a encestar hasta cansarse y terminar, saliendo victoriosos.
Mis compañeros de equipo, y entrenador, estaban frustrados por la forma tan vergonzosa con la que Teiko acabó con nosotros; ninguno podía creerse que aquellos chicos tan fantásticos, los primeros y únicos hasta ahora integrantes de la Generación de Milagros, pudieran ser tan insensibles para haber copiado una estrategia tan sucia y cruel como la utilizada, por ellos mismos, en el partido contra Meiko. Yo, el menos afectado por los resultados del partido, fui incapaz de animar a mis compañeros; lleno de preocupación por tratar de encontrar a Akashi Sejuro, antes de que Teiko y Rakuzan salieran del estadio, para entablar una conversación con él, hacerlo recordarme, y tener una charla parecida a las que teníamos en la tienda de zapatos deportivos. Mis pensamientos egoístas evitaron que yo hiciera algo por mi equipo, y que me olvidara, también, de buscar a Ren y a Akari entre la multitud de espectadores, pero no podía dejar de pensar en Akashi y en las ganas tan grandes que tenía de poder volver a hablar con él, después de mucho sin hacerlo.
Me escabullí de la fila de mi equipo y di vueltas por todas las partes del estadio, encontrando a Akashi Seijuro pasando por delante de la puerta de los baños, dirigiéndose de frente a mí. Cuando lo ubiqué estábamos bastante alejados uno del otro, entonces me dio tiempo de pensar qué le diría para comenzar una conversación con él sin sonar demasiado nervioso o desesperado (es decir, sin parecer como realmente estaba por dentro), ocurriéndoseme la brillante solución de actuar como lo hacía cada vez que me encontraba con Akashi en la tienda de zapatos deportivos: relajado; me repetí esa idea mentalmente varias veces hasta que Akashi estuvo lo suficientemente cerca de mí para que yo pudiera llamarlo y empezar así nuestra plática.
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Emperor Red "Heterocromía"- Akashi Seijuro (KUROKO NO BASUKE-KUROKO NO BASKET)
Fanfiction"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados. Lástima para ella estar...