"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados.
Lástima para ella estar...
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— ¡Akari espera!
Me quedé parado en las escaleras. Takahashi Ren se escapó del gimnasio minutos antes que el presidente del club llegara. No pude hacer más que salir corriendo tras él, pero corriendo de una forma "sigilosa". Me gusta pensar que estoy siguiendo a un asesino que va directo a matar a su próxima víctima.
Es divertido hacerte ese tipo de historias en tu cabeza hasta que te das cuenta que Saionji Akari es la pobre chica a la que van a asesinar.
—Puedes dejarme tranquila, Ren—dijo mirándolo con odio—Ya no tienes que preocuparte por mí.
El cabello de ambos se movía por la brisa que entraba desde la puerta de la azotea. No voy a negar que los dos se veían como una pareja de historia romántica, porque es cierto que ambos juntos, se ven realmente bien. ¿Y cómo no admitir algo como eso? Saionji Akari, con su personalidad extrovertida, orgullosa y carismática es capaz de enamorar a todo el mundo; y Takhashi Ren, con su sedoso cabello rubio y ojos azules hace que cualquier hombre se vuelva homosexual sólo para estar con él.
— ¿Luego vas a ir a la práctica de ba...?—se mordió la lengua. Akari bajó las escaleras con seguridad, y al pasar por mi lado, no se dio cuenta que la estaba observando.
Cuando Akari se molesta, es sorprendentemente más invisible de lo que es la mayoría de las veces. También, para ella los demás son transparentes y ni se molesta por regalarles una sonrisa, o por lo menos un simple "Hola". Aun todo eso, su carácter tan sumamente tsundere es... ¡Hermoso!
Me choca todavía que haya quedado quinta en el concurso de primavera: "¿Quién es la más bonita de la escuela?" Pero gracias a que entró al club de baloncesto, alcanzó quedar en tercer lugar más rápido de lo que incluso yo me imaginaba. Y me duele no haber creído que ella no iba a lograrlo.
Tengo muy presente que es un concurso organizado por los más pervertidos de la escuela, —Y recalco que yo sólo participo, no fue mía la idea ni mucho menos— pero es tan molesto que nadie se haya dado cuenta de lo linda que es. ¡Que ni yo me haya dado cuenta de lo linda que es! Sólo con ver sus preciosos ojos grises, ese largo cabello negro, y esa tan perfecta piel blanca, me hacen dar cuenta que...
Se ve tan bien con Takahashi Ren.
—El presidente del club ya llegó. Te vas a meter en un buen lío si descubre que te fuiste sin preguntar—salí de mi escondite con las manos en los bolsillos, desafiante. Takahashi rió pasando de mí.
—Ya lo sé Hayama. Tan sólo que me gusta adquirir de nuevo mis logros.
— ¿Logros? —murmuré en voz baja viendo como se largaba con su sonrisa de medio lado. Caminaba como yo, y es cierto que lo hace mejor.
Inhalé y exhalé para tranquilizarme, y subí las escaleras entrando a la azotea. Supe inmediatamente que salir en pleno invierno con camiseta de manga corta, no es una idea muy recomendable. Me abracé acariciándome los brazos de arriba a abajo, calentándome con la velocidad en la que mis dedos acariciaban mi piel.
