"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados.
Lástima para ella estar...
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Estuve hablando con Kuroko todo el fin de semana, preocupada por su ida repentina después de haberme pasado el balón de una forma sorprendente; tomó sus cosas y salió por el hueco de las rejas de la cancha, diciendo un simple adiós en un susurro que apenas se pudo escuchar. Me quedé con Midorima y Takao, pero no tuve conversación con ellos y se fueron sin decirme nada, sólo salieron como Kuroko, hablando entre ellos. Yo me quedé en la cancha por unos minutos más hasta que decidí largarme y volver a casa a rellenar mi formulario para la Winter Cup (no lo entregué porque Akashi nunca me lo pidió, pero me envió un mensaje diciendo que lo tuviera listo para el lunes). Kuroko no me dio ningún motivo por haberse ido así de repente, ni si quiera aceptó volver a vernos porque quería entrenar en grupo con Kagami y todo su equipo; no traté de convencerlo, yo también quería practicar y saber que él lo haría me llenó de motivación para ponerme en marcha y brillar en la Winter Cup.
Claro que no tenía muchas esperanzas. La única forma de yo poder brillar en la Winter Cup es no teniendo a Mayuzumi en el juego o destacando como mánager, pero ¿Cómo se podía destacar siendo mánager? Por lo tanto, mis deseos de jugar en un partido iban a ser, muy posiblemente, no cumplidos.
Aún y teniendo eso en mente quise ayudar a mi equipo. Tenía más posibilidades de ser una buena mánager a ser una buena jugadora y todo el fin de semana, además de ponerme a rellenar mi formulario, hacer tareas y hablar con Kuroko, estuve pensando en la manera de ayudar a mi equipo, calculando sus puntos débiles y fuertes y centrándome sobre todo en las habilidades de los titulares, contando las victorias y derrotas que han tenido este año y los anteriores e investigando a sus más grandes rivales. En la Inter High, Rakuzan quedó en primer lugar ganando contra el equipo de Aomine Daiki: la Academia Too; pensé en ellos como el rival más fuerte hasta ahora en la Winter Cup, teniendo también muy presente a los equipos de la Generación de Milagros y al equipo del sexto hombre fantasma. Según los demás partidos que tuvo Rakuzan en la Inter High, los equipos cuyos integrantes no tengan a alguien de la Generación de Milagros son, en parte, bastante fáciles de vencer y no quise pararme mucho en ellos.
Pensando en la poca información que pude recopilar este fin de semana, bajaba las escaleras enfrascada en mis pensamientos sin si quiera mirar a los escalones. Me choqué con alguien de lado, dándome un golpe en mi hombro derecho.
— ¡Oh, Akari, lo siento! No te había visto—rió Takahashi Ren a mi lado, sobándose la nuca y apoyándose en el barandal de la pared.
Takahashi Ren es un viejo compañero de la secundaria, actualmente compañero de clases y está en el club de baloncesto de Rakuzan. Es lo que se considera como un chico atractivo, de hermoso cabello rubio, pircings en sus orejas, de rasgados —y con muy largas pestañas— ojos negros, tez blanca, más alto en comparación con los titulares y con la ropa bien cuidada, perfectamente arreglado. Takahashi Ren sonreía como un chico travieso, posando su mirada en mí fijamente, coloreándosele un bonito sonrojo en sus mejillas que contrastaba con su bella palidez de fantasma; ladeó su cabeza esperando una respuesta por mi parte, pero lo único que consiguió fue una amarga expresión.
