"Los odio. Siempre odiaré a la Generación de Milagros" Dice siempre aquella chica de cabello negro cruzándose de brazos. Para ella, todos los integrantes de la Generación de Milagros no son más que fenómenos sobre valorados.
Lástima para ella estar...
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—Mayuzumi, no te vayas a burlar de mí. Por favor.
Me digo a mí misma apretando el objeto de la suerte de Capricornio, una pequeña piedra de ámbar que la llevo en el bolsillo para que nada malo le pueda pasar.
Es sábado por la mañana, y tal como me esperaba, fui la primera en llegar del comité estudiantil, por lo que no tenía que preocuparme más que por ver la cara de Akashi Seijuro muerta de envidia mientras maldecía haber perdido, pero en realidad eso no era una verdadera preocupación, sino que eran unas enormes ganas de burlarme de él. Mi mayor problema era Mayuzumi Chihiro y la declaración que tenía planeada para decirle hoy, ¿Cómo se supone que debía calmarme, tomando una tila y descansar media hora sentada en mi silla del comité? No tenía tiempo para eso, pues era ahora o antes de que a los del club de baloncesto los llamaran para la práctica de hoy.
Un punto a favor era que los de baloncesto teníamos que esperar una hora antes de que nos llamasen, pero no había minutos que nos regalasen para terminar nuestras actividades de otros clubes, y mucho menos a mí y a Mayuzumi nos darían minutos extra para que pudiera terminar mi declaración de forma normal. Era ridículo pensar que podría declararme otro día, ¿Pero habría otro día? Le hice caso a Mibu Mibu Re y me declararé hoy, ¡Se supone que soy una persona segura! Y así mismo lo dice la persona que escribe sobre amor en Internet, ¿Cómo no le haría caso a Mibu?
Dejé las cosas sobre mi silla azul, y salí del aula lo más rápido que pude. Era cierto que no había pensado en la puntualidad que Mayuzumi tendría, él no tiene otro club al que asistir y es totalmente lógico que llegue tarde por lo menos media hora antes de la llamada, pero mis ansias me obligaban a quererlo buscar por toda la escuela. No tenía otra alternativa que la de hacerme caso a mí misma.
—Vaya Saionji Akari, nunca te había visto tan arreglada—decía Hana, que la acababa de encontrar en los pasillos de la escuela.
La saludé con una sonrisa que después ella me devolvió.
—Y nunca te había visto tan lista para comenzar actividades—le dije ladeando mi cabeza, con un tono burlón— No ha llegado la mitad de la escuela y ya te has puesto el uniforme de educación física.
—Eso díselo a Hayama—chaqueó la lengua— Como está en el club de baloncesto quiere aprovechar el tiempo lo máximo posible y nos mandó a cambiarnos. No ha llegado el presidente y cree tener el control.
Lancé una risilla y le toqué el hombro mostrando mis prisas.
—Desearía ayudarte—dije— pero tengo que irme.
Salí corriendo para seguir mi camino y oí un grito por parte de ella: "Suerte" Le agradecí dentro de mi cabeza y apreté fuertemente mis ojos para tranquilizarme.
La declaración no es que sea algo tan grave o tan importante, cualquier alumno de preparatoria se enamora para luego declararse y ser o no correspondido. Obviamente, la primera opción siempre es mejor para luego no acabar con un corazón roto. Pero algo hay que admitir, y es que cuando estás enamorado de alguien genial, no puedes evitar no emocionarte cuando le vas a hablar o (llegando a los extremos) lo ves. Es simplemente algo que los adolescentes y puede que hasta los adultos, por lástima tengan.
