¿De ti? nunca

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-Fede no creo que eso sea buena idea.
-No pienso seguir saliendo con vos a escondidas de tus padres.
-Ya llevamos así varios días, y no creo que mi papá te perdone después de que miró como me gritabas aquel día.
-Debe entenderme también.
-Es mi papá, obvio no te va a entender Federico.
-Pasa que yo tenía planeado algo este fin de semana con vos y si no saben que salimos no te dejarán ir.
-¿Qué planeas?
-Es una sorpresa, nos iríamos el viernes por la noche y llegamos acá el domingo en la noche.
-¿A dónde me piensas llevar?
-No preguntes, es una sorpresa.
-Puedo decir que voy con mi amiga de Puebla, he ido varias veces ya.

Fede observa la playa que se extiende a nuestros pies.

-No sé Ali, no me gusta que mientas.
-No tenemos opción.
-¿Y no te casarías conmigo entonces por miedo a lo que te digan tus papás?
-Me iría contigo al fin del mundo.

Voltea a verme con una sonrisa, esa hermosa sonrisa, se acerca a mi y me besa en los labios, yo correspondo a su beso el cual sube cada vez mas de tono.

-Fede -digo frenando sus besos entre jadeos -me tengo que ir.

Suelta un suspiro, me da un último beso en los labios y nos levantamos para caminar de regreso a casa.

(...)

-Por favor papá -digo sacando el labio inferior -ya he ido varias veces a Puebla, déjame ir.
-No lo se Alina, me hubieras avisado con mas tiempo.
-Apenas ahora me dijo Mariela que si quería ir este fin, yo le dije que si.

Él levanta la vista del periódico que tiene entre las manos.

-Te dejo ir solo con una condición.
-¿Cuál?
-No quiero volver a escucharte llorando por ese idiota.
-¿Llorando?
-¿Crees que no te escucho casi todas las noches?

Aaa bueno, digamos que mi papá confundió esas noches que Fede entra por mi ventana, con noches de lágrimas y sufrimiento, supongo que los sonidos deben de ser los de una persona llorando, la verdad nunca he puesto atención de eso.

-Bien papá, lo prometo.
-Bien, pues te dejaré ir a Puebla entonces.
-Siii, te amo papi, eres la mejor persona del mundo.

Digo lanzándome sobre él y abrazándolo mientras le riego pequeños besos por todo su rostro y él sonríe.

Salgo corriendo del despacho de mi papá y subo a mi habitación para poder llamar a Fede y decirle que si podré ir con él a ese sitio que planea llevarme.

(...)

-¿En serio Alina? Después de todo lo que te ha hecho ¿vas a irte con él un fin de semana?

Estoy en la playa con Mica y Rob, ella no dice nada, pero Rob no para de decirme que busque a alguien que me respete.

-¿Puedo ir yo?
-Basta Micaela, tú eres una mala amiga, ¿cómo puedes tomar tan a la ligera que tu "mejor amiga" -dice él remarcando las comillas con los dedos -se vaya con un tipo que le a hecho tanto daño.
-Pero Rob -digo -todo han sido mal entendidos, y lo hemos solucionado.
-Yo solo quiero que seas feliz Ali.
-Lo soy a su lado.

Él suelta un suspiro de resignación, me rodea en un abrazo y deja un pequeño beso en mi coronilla.

-Está bien, vamos a darle una última oportunidad a ese idiota.
-¿Ves por qué te quiero tanto?

Le doy un pequeño beso en la mejilla y él sonríe.

-¿Y puedo ir o no?

Insiste Mica, me alejo de Rob y la abrazo.

-Está bien, puedes venir con nosotros, a ver si al fin andas con Facundo, se están tardando.

(...)

Llegamos Mica y yo con nuestro pequeño equipaje al departamento del team, todos están apresurados empacando, ellos llevan demasiada ropa siempre para los photoshoot con Gilbert.

-¿Estás lista?

Dice Fede acercándose a mi y rodeando mi cintura con sus brazos.

-Claro, ¿ahora vas a decirme a dónde vamos?
-No hasta que estemos allí.

Salimos y nos montamos en el coche, no pasan ni 2 horas cuando ya el sueño me está consumiendo, acomodo mi cabeza en el hombro de Fede y poco a poco escucho mas lejanas las voces de los chicos...

(...)

-Ali -siento como me sacuden -Ali ya llegamos.

Abro los ojos y me encuentro con un Fede somnoliento y con los ojos rojos, supongo que del sueño.

-¿Dónde estamos?
-Vamos a bajarnos ahorita verás.

Bajamos del coche, entramos al hotel decorado con pequeñas rocas y subimos unas escaleras, igual decoradas con rocas.
Nos recibe una amable recepcionista, demasiado amable diría yo, no deja de ver a Fede y sonreírle, yo lo abrazo y le doy un beso en la mejilla mientras él me rodea con el brazo, la chica cambia de color a uno rojo encendido y baja la mirada avergonzada.

Nos pasa las llaves de nuestras habitaciones.

-Disfruten su estadía en Rosewood, bienvenidos a San Miguel de Allende.

Mi corazón da un vuelco. San Miguel de Allende, toda mi vida quise venir aquí, y hoy mi perfecto novio me cumplió uno de mis tantos sueños.

Llegamos Fede y yo a nuestra habitación, abrimos la puerta y hay una enorme cama matrimonial, una pequeña sala blanca con una mesa negra en el centro de esta, y mi parte favorita, una puerta doble que da al balcón, me acerco rápido a esta puerta y abro ambas partes, la vista de San Miguel es hermosa, las luces, los edificios, las calles que alcanzo a visualizar, y en el balcón se encuentra también una mesa con dos sillas, apenas unas horas en San Miguel y ya estoy enamorada.

-¿Te gusta?

Dice Fede observándome desde dentro de la habitación.

-Me encanta.

Digo avanzando hacia él y abrazándolo con fuerza.

-Bueno vamos a dormir, mañana tenemos mucho que visitar.
-¿Dormir con esta vista hermosa? Yo no quiero dormir.
-¿Y qué quieres hacer entonces?

Comienzo a besarlo lentamente, lo empujo hasta tirarlo en la cama y me subo sobre él continuando con los besos.

-¿No te cansas?

Dice Fede entre jadeos.

-¿De ti? Nunca.

Sonríe y me da la vuelta rápidamente, quedando él sobre mi.

Contigo ¡Porque te quiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora