Hasta que todo nos salga bien

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Fede.

Salimos Mathi, Facu y yo del edificio.
Me siento feliz, voy a verla de nuevo, y ya no la veré por apenas unos minutos. Podré verla un rato más. Al menos fue lo que dijo la enamorada de Christian.

Llegamos al hospital, su papá está dormido en la sala de espera. Su mamá y Rob no están. La enfermera nos dice que fueron a sus casas a descansar y el señor se quedó a cuidarla.

Mathi y Facu esperan en otra de las salas de espera. Yo camino con la enfermera hasta la nueva habitación de Alina.

-Bien -dice ella frenando frente a una puerta de madera con el número 52 -no puedes estar más de treinta minutos, mi turno acabará y entonces tendrás que salir.
-Si -digo sonriendo -¿no me pondré nada?

Pregunto mientras busco los trajes que me obligaron a usar estos días pasados.

-No, ya no es necesario.

Dice ella sonriendo.
Se marcha entonces. Yo entro a la habitación, y la veo, sus ojos cerrados, sus labios con ese tubo enorme prohibiendo que pueda verlos bien.

Me acerco y me siento en la silla a su lado.
El dolor en el pecho, el nudo en la garganta, el labio inferior que me tiembla, la vista nublada, siento esto y más. Daría todo por poder sacarla de aquí, mirarla sonreír y haciendo rabietas, llevarla lejos conmigo, hacerla tan feliz como se merece.





Alina.


Siento la presencia de Fede. Todavía no habla y ya sé que es él quien está a mi lado.

Su perfume tan peculiar, sus enormes ratos de silencio.

Siento sus manos rozando la mía, mi corazón late apresuradamente ante su contacto.

-Ali -comienza a hablar con la voz entrecortada -¿sabes de qué me acordé hoy? La próxima semana cumplimos un año de novios... o bueno, cumpliríamos porque ya no somos nada... -al escucharlo decir esto, siento una punzada, un dolor en el pecho, las ganas de despertar y decirle que quiero estar con él son tan incontrolables -... ¿sabes Ali? El día que pasó esto, cuando me miraste con la soga y eso... bueno, yo iba a tu casa -la confusión invade mi cabeza -iba a tu casa porque quería recuperarte, yo sólo -lo escucho soltar una risita con ironía -inventé la excusa más tonta y quise ir a buscarte... yo sólo quería recuperarte, preferí renunciar completamente a mi orgullo, porque prefiero perderlo a él que perderte a vos, sin vos mi mundo no tiene sentido, comencé a probar mi vida sin vos, ver el mundo de una manera distinta... nunca vi mi vida y el mundo tan tristes... dejarte ir amor, fue el peor error que cometí en mi vida -tiene razón en eso, a mi quizás no me dolió irme, me dolió que no me detuviera, siento esta estúpida necesidad de llorar, no puedo, intento mover mi mano entre las suyas y no lo consigo, no puedo hacer nada, me siento inútil aquí -Alina yo... sólo quiero que despiertes, me mires y me digas todo lo que tengas que decirme, si me dejas lo voy a aceptar, pero nunca dejaré de amarte, nunca estaré con nadie más, porque lo que yo quiero, es estar con vos, intentarlo hasta que todo nos salga bien.

Entre mis ganas de llorar, y mi esfuerzo por moverme, escucho la puerta abrirse.

-¿Puedo hablar con ella?

Es la voz de Facu.

Escucho a Fede levantarse de la silla.
Pone sus labios en mi cabeza.

-Te amo bebé.

Susurra dejando un tierno beso que hace que me arda el cuerpo entero.

Se aleja dejando a mi mano con ganas de seguir entre las suyas.

Contigo ¡Porque te quiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora