Pedida para una cita.

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Al día siguiente, Elsa se levantó antes de que su querido despertador, nótese el sarcasmo, emitiera sonido alguno. La verdad es que había dormido bastante bien esa noche , no sabía el porqué pero no le importaba.

Se cambió de ropa y salió de su cuarto animada. Al llegar a la cocina no encontró a nimguna de las chicas, ni siquieta Mérida estaba urgando en la cesta de manzanas.

Elsa miró el reloj de la cocina y se sorprendió al ver que eran las cinco de la mañana. Y entonces entendió porque no había nadie desayunando. Eran las cinco de la mañana, seguramente todavía estarían durmiendo plácidamente. Como a la rubia no le quedaba ni una pizca de sueño, decidió darle una sorpresa a sus amigas y preparar una tarta de chocolate.

Elsa estuvo cocinando durante una hora entera. Al final sacó la tarta del horno y apareció Anna por la puerta de la cocina.

- ¿ Ese olor tan delicioso es chocolate?- preguntó la pelinaranja entrando por la cocina.

Elsa le enseñó la tarta a su hermana orgullosa de su creación. Anna abrió los ojos como platos y alzó su mano para coger un trozo de la deliciosa comida, pero la apartó enseguida cuando recibió un cachetada en la mano por parte de Elsa.

- Auch- se quejó Anna acariciandose la mano.

- No seas maleducada- la riñó la rubia- hay que esperar a las chicas.

- Oh venga ya- protestó la pelinaranja - tan solo será un pedacito.

- No - se negó Elsa.

- Porfis- le dijo Anna haciendo un puchero.

- Pues claro...- dijo Elsa con una sonrisa, y a Anna se le iluminó el rostro- que no.

- Eres mala- dijo Anna enfadándose de broma.

- Y tú una comilona- remató Elsa.

A los diez minutos bajaron Rapunzel y Mérida . Las cuatro se sentaron en la mesa y empezaron a comerse con ilusión la tarta de chocolate de Elsa.

Después labaron los platos y los pusieron a secar. Como todavía faltaba una hora para que las clases empezaran, decidieron sentarse en la mesa de la cocina y charlar. Hablaron tranquilas y alegres hasta que el tema de los rebeldes salió.

- Agh ¡ Yo los mato!- exclamó Mérida enfurruñada.

- Y yo te ayudo a esconder los cadáveres- se le unió Anna.

- Chicas¿ Cuanto tiempo te quedas en la cárcel por matar a alguien con una sartén?- preguntó Rapunzel acariciando una sartén.

- Tranquila amiga- dijo Mérida- seguro que si te los cargas a ellos no te meterán en la cárcel, sino que te darán un premio por hacer un servicio a la comunidad.

- Pues entonces hayá voy- anunció Rapunzel levantándose de la silla.

- Alto ahí fierecilla- dijo Elsa cogiendo a la pelidorada y sentándola en la silla de nuevo.- no te precipites.

- Para ti es fácil decirlo- le dijo Anna a la rubia- a ti ni te mojaron , ni te llenaron de harina, ni te enredaron con cuerdas.

Elsa se quedó pensativa durante unos minutos. Lo que decía su hermana era cierto, la rubita no tenía que reñirles nada . Pero eso que no le había pasado nada dentro del museo era mentira.

El recuerdo de unos labios desconocidos rozándola , le provocó un lebe sonrojo en sus megillas, pero sus amigas estaban demasiado ocupadas para darse cuenta, ya que discutían por elegir quién se los cargaría primero.

Elsa y Jack frost : Vaya año. [ Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora