Cuestión de Amor ||Niam||Zarry||Omegaverse||Mpreg|| Cuestión de Honor T.2||

Capítulo 29: No estás solo

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Niall respiraba rápido.  Acelerado, tanto que por un momento Liam temió que fuese a desmayarse por falta de aire.

Estaba acostado sobre la espalda, en la cama.  Su cuerpo estaba caliente, cubierto por una pátina de sudor que hacía que su cabello se le pegase. 

Liam estaba besándole mientras con las manos le masajeaba entre las piernas.

-Liam...

-Lo sé, está muy duro...

-Y el... me palpita tanto el culo... necesito que me la metas.  Necesito eso. 

-Tranquilo...

-Dios... tengo tanto calor...

-No se como podías soportar esto cuando no estaba yo.  Y sin tocarte.  Todo hubiese más sencillo de ese modo...

-Opio y hielo.

-Eso se acabó... porque ya estoy aquí.

Niall asintió.  Liam se sentó en la cama, apoyándose contra el cabecero. 

-Ponte sobre mi.

-¿Yo me pondré encima?

-Es más fácil así que controles el ritmo.  Y si tú estás así si por error llego al orgasmo dentro el semen cae hacia abajo y hay menos posibilidades de que te quedes embarazado. 

El culo de Niall palpitó y se contrajo ante la mención de su marido corriéndose en su interior.

-Mi cuerpo necesita eso.  Tu semen en mi.

-Niall, cariño, ahora no estás capacitado para pensar y yo voy a cuidarte y tomar las decisiones según lo que hablamos cuando si lo estabas.

Niall sollozó.  Liam le colocó sobre él.

-Muévete.

Niall obedeció.  Se movió cabalgando a su hombre como si cabalgase sobre su yegua en los prados y montañas de la casa de sus padres.

Sin miedo y sintiéndose libre. 

El doctor salió del cuarto de Louis.  Su tío se levantó de inmediato.

-¿Cómo está? ¿Es grave? ¿Alguna inflamación de los órganos?

-Su sobrino está bien, solo necesita descanso y buena alimentación.  Le dejaré para que le cuente él mismo mi diagnóstico.

El médico se fue y el alfa se quedó sin palabras.  Entró en el cuarto.

Louis tenía un cuarto grande y hermoso, con unas vistas perfectas.  Era el hijo que nunca tuvo, su niño.  Siempre le había dado lo mejor.

Louis no estaba en la cama.  Frunció el ceño, con extrañeza. 

Entonces su sobrino salió del baño.  Estaba vestido.  Del todo.

-He pensado que podemos salir a cenar.

-¿A cenar?

-Sí.  Necesito comer.  Aunque no tenga ganas.  Y salir.  Llevo mucho tiempo encerrado y la idea de salir al aire libre me asusta.  Pero lo haré porque tengo que acostumbrarme antes del viaje.

-Louis, ¿estás bien?

-Muy bien.  Mejor que nunca. 

-¿De qué viaje hablas?

-Del viaje a Estados Unidos.  Tengo que encontrar a ese hombre y hacer que me ponga un anillo. 

-Louis...

-No querrás que tu sobrino nieto nazca sin padre -dijo Louis tocándose el vientre.  Sonreía y dos lágrimas le rodaron por las mejillas.

-¿Me estás hablando en serio?

-El doctor dice que es como un milagro dado lo que ocurrió pero que a veces pasa... y Jason y yo bueno, hicimos el amor varías veces esa noche y yo estaba en celo. 

Su tío le abrazó y Louis rompió a llorar.

-Dijiste que me ibas a dar un motivo para vivir.  Llamaste al doctor.

-Creía que te habías quedado estéril...  es un milagro. 

-Voy a recuperarme.  Por mi hijo.  Y voy a recuperar a Jason.  Voy a recuperar mi vida. 

-Cariño, no va a ser fácil. 

-Lo sé.  Soy un omega soltero y embarazado, cuyo alfa y padre de su hijo está al otro lado del Océano. 

-Mi niño escandaloso.  Hay que ocultárselo a tus padres o te buscarán un marido. 

-No les diremos nada.  Y necesito encontrar pasajes.  Mi alfa es de Nueva York.

-Buscare pasajes para los dos. 

-¿Vas a venir?  Creía que odiabas América.

-Lo odio.  Pero no vas a ir solo, y más en tu estado.

-¿Cuánto de lejos está América?

-Mucho.  Depende de las escalas que haga y el barco... entre un mes y dos.

-Quiero los primeros billetes posibles.  Estoy embarazado de mes y medio.  Quiero encontrarle antes de que nazca el bebé.

-Mañana empezaré a buscar billetes pero no salen barcos de pasajeros a Estados Unidos a diario.

-Ahora necesito comer.  Necesito estar fuerte.  Necesito volver a ser yo -Louis frunció el ceño – o más bien comenzar a serlo.

Niall estaba dentro de la bañera.  Tenía los ojos cerrados mientras Liam limpiaba bien su interior. 

Se quejó.

-Lo siento, estás muy sensible.

-Te corriste fuera.

-Aun así hay riesgos.   Ya está. 

Niall salió de agua y sin secarse volvió a la cama.  El propio calor que emanaba su cuerpo acabaría secando el agua del baño.

-Aun falta mucho celo... tengo ganas de nuevo.

-Te atenderé cuanto haga falta.

-¿No estoy horrible así? 

-Dios, no.

-Debes pensar que estoy horrible.  No estoy para nada sexy.

-Dios. Deberías ver lo increíblemente sexy que estás.

-¿De verdad?

-Muchísimo.  Ahora cierra los ojos.

Niall lo hizo.  Su cuerpo se relajó y de repente siseo.  Liam estaba usando un cubo de hielo para masajear la piel inflamada de su ano.  Cuando se derritió un poco metió uno de sus dedos mojados y Niall suspiró con el frescor contra las paredes sensibles y ansiosas. 

-Te dije que iba a cuidarte.  Y lo haré.