Capítulo 2: Parque de diversiones.

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A pesar de que era un día lluvioso, y el clima era frío, Finn me convenció y terminamos patinando entre los charcos en frente de la heladería. Comenzamos primero simplemente a tratar de controlar las patinetas, porque era muy difícil con el agua, y Finn siempre buscaba la oportunidad de hacer “retos”. Pero terminamos con lo que llamaría una “guerra de agua sucia” porque el agua del pavimento no podría ser llamada precisamente “agua limpia”.

Finalmente nos sentamos en la acera y terminamos nuestros helados, que por cierto terminó pagando Finn, y esperamos a que oscureciera lo suficiente para poder regresar a casa sin ser castigados.

-Cuando salimos te veías triste. –afirmó Finn. ¿Cómo me conocía tan bien? Te conoce desde hace más de diez años, me recordé a mí misma.

-Sí, bueno… Discutí con mamá, ya sabes. –no quería precisamente hablar de eso.

Al parecer Finn captó, y no hizo más preguntas al respecto.

De regreso a casa Finn insistió en tocar el tema.

-Al, sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites y… Si quieres puedes dormir en mi casa, solo hasta que a tu mamá se le pase el coraje… Ya sabes cómo se pone…

-Siento que se pondría peor si no llego a dormir… Gracias, Finn, pero no creo que sea la solución. –Interrumpí.- Pero… Si no es mucho pedir, ¿Podría dejar mi Penny Board en tu casa? No creo que a mi mamá le agrade mucho la idea de que haya salido a patinar, aunque sea contigo. Le diré que fui a la biblioteca con Emily, o algo se me ocurrirá.

Finn simplemente asintió y me regaló una radiante sonrisa.

**

Después de haber pasado a dejar la patineta a casa de Finn, sus padres insistieron en que me quedara a cenar, cosa que hice. En cuanto llegué a casa mi madre comenzó con el típico interrogatorio: ¿Dónde estuviste? ¿Por qué estas mojada? ¿Crees que es hotel para llegar a la hora que quieras?

Subí a mi habitación más tranquila.

Finn era ese tipo de amigos que se preocupaban no solo por pasarla bien y divertirse, sino también por tus problemas personales, por cómo te sentías y sobre todo si necesitabas algo. Era ese tipo de amigo perfecto.

Me cambié de ropa a mi pijama habitual y me metí en la cama. Navegué por internet un rato y hablé con mi mejor amiga, Emily. Le conté como había ido mi día y le advertí que supuestamente había ido a la biblioteca con ella hoy. No cabía duda que mi madre no me creería y le preguntaría, así que siempre que mentía e incluía a Emily la mantenía informada.

Finalmente recibí un mensaje de Finn alrededor de la media noche.

<< Finn, 12:02>>  

¿Sigues despierta o dejaste abierta tu cuenta?

<<Allison, 12:03>>

¿Tú qué crees?

<<Finn, 12:03>>

De hecho creía en la segunda opción, pero me equivoqué. Al, ¿tienes planes mañana?

<<Allison, 12:03>>

¿Además de salir a patinar contigo? No. ¿Por?

<<Finn, 12:04>>

¿Sería muy difícil que tu mamá te dejara ir a un parque de diversiones con nosotros? Dile que invitamos todo.

<<Allison, 12:04>>

Los hermanos Harries.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora