Los hermanos Harries.

Capítulo 29: Un nombre.

- ¿Se les ofrece algo más?

La voz de la persona que nos había llevado el desayuno a la habitación interrumpió mis pensamientos.
Cuando Emily dijo que quería "una noche de chicas", hablaba enserio, y la pasamos prácticamente toda la noche viendo películas de terror y alguna que otra de Disney para que pudiera dormir. "Dormir", entre comillas, si es que acaso se le puede llamar así a una siesta de unos cuantos minutos.

-Creo que por el momento todo está bien, muchas gracias. -sonreí.

Tomé un sorbo de café, esperando que eso me ayudara a despertar un poco, y con tan solo el olor comencé a sentir los párpados más ligeros.

Miré de reojo a Emmy, quien tenía fija su mirada en mí, a la vez que atacaba la montaña de pancakes que tenía frente a ella.

-Entonces, Allison... ¿Jack o Finn? -preguntó, sonriendo maliciosamente y metiéndose un pedazo de su desayuno a la boca.

Tras casi escupir el café, me di media vuelta para mirarla de frente. De alguna forma, había logrado evitar el tema de sus hermanos la noche anterior, pero por como me veía podía deducir que no dejaría el tema hasta escuchar lo que quisiera.

-La realidad es que es mucho más complicado que simplemente escoger un nombre, Emmy... -comencé.

-La verdad es que no. Escoge a uno, por muy "complicado" que sea, y ya está. -interrumpió.

Iba a contradecirla, pero entonces me di cuenta que quizás tenía razón. Todos los problemas que habíamos tenido nunca hubieran ocurrido si desde un principio hubiera elegido a alguno de los dos.

Una vez más, el problema radicaba en mí. Una chica lo suficientemente desafortunada (y quizás un poco estúpida), como para enamorarse de dos hermanos gemelos.

**

Desde que los vi de lejos, supe que iba a ser un día difícil. Y una decisión todavía aún más difícil.

Jack parecía ser una persona diferente. Su cabello lo llevaba hacia atrás, algo que podía hacer gracias a su nuevo largo, que además ahora comenzaba a ondulársele un poco. Dejando, además, a la vista su piel bronceada y sonrisa radiante. Llevaba una camisa que nunca hubiera podido usar en el clima de Londres, ya que no tenía mangas y estaba visiblemente hecha para un día caluroso. No pude evitar notar los músculos sobresalientes de sus brazos, y abdomen.

Finn, por el otro lado, se veía igual que siempre. La misma sonrisa tímida, pero amigable, que de alguna forma siempre me hacía sentir mejor. Cabello mucho más corto que Jack, ligeramente despeinado, y la piel tan pálida como la mía. Incluso llevaba puesto un suéter que, supuse, pronto se daría cuenta no necesitaría. Me inundó cierto sentimiento de ternura.

Y ambos me miraban. Con una intensidad que era fuera de lo normal.

**

Al acercarme, me di cuenta que no sabía con quién iría primero. Es decir, estaban en lugares opuestos, así que tenía que decidir. Maldije y me acerqué a Jack. Una vez allí, le sonreí, y me volví para llamar a Finn.

Si iba a hacerlo, que fuera de una vez por todas.

Ambos se vieron confundidos, pero Finn se acercó finalmente con paso decidido y se colocó junto a mí. Me dio un beso en la frente, y miró a Jack. Sentí como si fuera un perro marcando su territorio, y me alejé ligeramente de Finn.

-Okay, basta de esto, los dos. -ante esto, ambos desviaron la mirada, pero no dijeron nada. -No soy un premio por el que tengan que pelear, y menos entre ustedes dos. Tan solo mírense, apenas se dirigen la palabra, y todo por mi culpa.