Había sido un poco incómodo regresar a casa de los Harries en la madrugada. Eran al rededor de las seis de la mañana, y los padres de Finn estaban muy preocupados porque no estábamos en la casa. Finn había recibido un regaño, sin embargo, no fue tan fuerte como hubiera sido en otra ocasión. Finalmente solo iba a quedarse el fin de semana en Londres.
Parecía como si la noche anterior nunca hubiese pasado. Finn y yo nos encontrábamos exactamente igual que cuando nos reencontramos en la cocina de la fiesta de anoche.
Lo único que me recordaba la noche anterior, era Jack. Ni siquiera me había mirado fijamente durante todo el día, ni siquiera cuando hablaba conmigo. Y la única vez que me habló fue para pedirme la sal durante el desayuno.
Finn y yo habíamos decidido ir a dar una vuelta. No era un día precisamente soleado, simplemente un típico día nublado londinense.
-¿Me creerías si te digo que algunas veces extraño el clima de aquí? -preguntó Finn, mientras patinábamos, él frente a mi.
-¿Tan feo es el clima allá? -bromee.
Finn simplemente rió.
-Supongo que tampoco me creerías si te digo que es la primera vez que patino desde hace tiempo.
Nos detuvimos en un cruce de calles, en la que estaban pasando demasiados autos al mismo tiempo.
Lo miré interrogante.
-La escuela es mucho mas pesada de lo que hubiese esperado. -contestó Finn, suspirando. Miró a lo largo de la calle.- ¿Te apetece un café? Podríamos ir a la cafetería al final de esta calle.
-El plan original era tomar helado... Pero no, no me molestaría en absoluto un café ahora. -sonreí, y tomé mi patineta de las ruedas. Finn hizo lo mismo.
Entramos a la cafetería, y de inmediato me arrepentí.
Chris llevaba una charola con un par de cafés en sus manos. No pude evitar notar que llevaba la misma ropa con la que lo había visto ayer, y sus ojeras y cabello despeinado dejaban ver que había pasado la noche en el hospital, esperando a mi amiga.
¿Será todo parte del acto para engañarme?, no pude evitar pensar.
Finn instintivamente se abalanzó hacia adelante, dispuesto a ir y golpearlo. Puse mi mano en su pecho, deteniéndolo.
Chris dio media vuelta y se dio cuenta de nuestra presencia.
-Al, Finn. -dijo, mientras pasaba a lado nuestro, apenas mirándonos.
Finn, enfurecido, se abalanzó contra él demasiado rápido como para poder detenerlo. Lo empujó, y el café se cayó de las charolas y Chris terminó empapado. Además, obviamente, el café estaba caliente.
Chris soltó una grosería y empujó de vuelta a Finn.
Al parecer Chris se había quemado la mano con el café, y comenzaba a tornársele anormalmente roja.
Instintivamente me acerqué a él.
-Dios mío, ¿estas bien, Chris?
Negaba rápidamente con su cabeza, frunciendo los labios, evitando gritar, probablemente.
-Como... ¿qué hago?... -comencé a hablar.
-Aléjate de mi. Y mantén a tu mejor amigo controlado. -soltó Chris, molesto.
¿Ahora yo era la mala de la historia?
Me confundió lo rápido que cambiaron las cosas. De un momento a otro, Chris ahora era la buena persona y Finn, Jack y yo los locos queriendo hacerle daño.
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Los hermanos Harries.
Fiksi PenggemarJack y Finn son un par de gemelos idénticos que crecieron en Londres junto con su hermana Emmy Lou y sus padres. A través de su niñez, Allison comparte momentos con ambos y en poco tiempo se convierten en mejores e inseparables amigos. Pero, ¿Qué pa...