Los pensamientos se arremolinaban en mi cabeza, y finalmente, cuando creí que comenzaba a palidecer, miré a Finn y sonreí.
-Claro, muchas gracias por la invitación.
Finn enseguida sonrió y subió las escaleras corriendo, no sin antes hacerme una seña indicando que subiera junto con él.
Volví a darle las gracias a Rebecca y Andy, y justo antes de subir, miré a Jack y le sonreí. Me sorprendió que ya me estuviera mirando.
**
Cuando entré al cuarto de Finn, ya había acomodado un par de sillones en el piso justo en frente de la televisión.
-¿Chocolate o vainilla? –preguntó, refiriéndose a los paquetes de galletas que tenía en las manos.
-Ambos, ¿Qué vamos a ver? –pregunté, sentándome en el sillón azul claro, el cual siempre usaba.
-Pues no sé, ¿Qué quieres ver tú?
Tomé el montón de películas que estaban en el suelo junto a nosotros y comencé a pasar títulos hasta que nos decidimos por una clásica de Disney, la cual amábamos los dos: Buscando a Nemo. La primera vez que la vimos fue juntos, y nos traía recuerdos de nuestra infancia. Fácilmente la habíamos visto unas veinte veces, y podríamos seguir viéndola eternamente.
Finn puso la película y comimos galletas hasta no poder más.
**
Ni siquiera nos dimos cuenta cuando terminó la película. Estábamos tan cansados que nos quedamos dormidos como a la mitad, y por accidente Finn terminó acostado en mis piernas y yo en su espalda… Una posición bastante rara, a decir verdad.
Me estiré y después de un largo bostezo, me moví lentamente hasta zafarme por completo de Finn. Me levanté y me metí al baño.
Los chicos solo tenían un baño, pero aún así cada uno tenía su propia habitación. El baño estaba en medio de ambas habitaciones, y tenía dos puertas, una por habitación.
Saque mi pijama “de emergencia” que estaba allí desde hace ya casi años. La había dejado porque constantemente me quedaba a dormir en casa de Finn, igualmente él tenía una pijama en mi casa.
Salí del baño, ya con el pijama puesto y los dientes lavados, y desperté a Finn.
-Nos quedamos dormidos, tontito.
Se estiró y bostezo varias veces, se talló los ojos y sonrió de medio lado. Amaba sus sonrisas perezosas.
Finalmente, después de casi haber tenido que arrastrar a Finn a que se pusiera su pijama y lavara sus dientes, nos metimos en la cama.
Sé que suena bastante raro, pero en realidad a Finn lo consideraba parte de mi familia, y simplemente no había secretos entre nosotros, ni nada de qué avergonzarnos. Pero teníamos nuestros límites, claro. Tampoco era que nos bañáramos juntos o algo por el estilo… Como decía, era como un hermano para mí.
Una vez acostados, me recargué en su pecho. Sentí como acariciaba mi cabello a la vez que me rodeaba con su brazo, y cuando sentí que su respiración cambió, supe que finalmente se había dormido.
Mientras escuchaba su respiración contra mi oído, pensaba en lo afortunada que era por tenerlo como mi mejor amigo. Sabía que siempre podía confiar en él, y él en mí, y que simplemente sería imposible separarnos. Finn era ese tipo de personas a los cuales solo conoces una vez en tu vida, y a los cuáles simplemente nunca podrías olvidar.
Poco tiempo después, me quedé dormida yo también.
**
Me desperté un rato más tarde, y no precisamente porque tuviera frío o incluso hambre… Si no porque tenía que ir al baño.
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Los hermanos Harries.
Fiksi PenggemarJack y Finn son un par de gemelos idénticos que crecieron en Londres junto con su hermana Emmy Lou y sus padres. A través de su niñez, Allison comparte momentos con ambos y en poco tiempo se convierten en mejores e inseparables amigos. Pero, ¿Qué pa...