Capítulo 20: He tomado una decisión, parte 2

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Me levanté y ya era de día, al parecer había dormido toda la noche. No quise levantarme de golpe pero tenía que hacerlo, ya que hoy me tocaba ir a la Universidad y tenía trabajo.

Ya había faltado mucho tiempo, y no podía faltar más, ya que si lo hacía tal vez, me sacarían de la misma.

Me levanté y me metí a la ducha, rápidamente. Me duché y al salir me quedé examinándome el rostro, y me dí cuenta que desde hace un tiempo para dónde estoy, me veo más linda.

Ya no se me notan casi las grandes ojeras que tenía, las pepas en las mejillas desaparecieron, y se me ve un poco menos flaca.

Mucha gente se enojaría si ve que ha engordado, aunque sea un poco. Pero, yo estaba más que delgada, y no me veía bien.

Ahorita estoy agarrando más cuerpo y ciertamente mi rostro se ve más feliz y más joven.

Me lavé la cara por segunda vez, y salí rápidamente del baño, para poder ir a preparar el desayuno, cuando llegué a la cocina revisé mi celular para asegurarme que todavía tenía tiempo, y ciertamente era así. 

Abrí la refrigerador y saqué un pote de leche, busqué un tazón, y saqué el cereal. Me serví y me puse a comer, rápidamente mientras recogía las cosas que faltaban. Luego de terminar de recoger y con tiempo de sobra, me senté en la mesa de la cocina a comer. 

Cuando comía sonó mi celular con un mensaje nuevo, alcé el celular para ver quien era, pero cómo no era más de un mensaje, tuve que abrir la notificación. 

Era un mensaje de Finn. 

Finn: 

"Llámame"

Eso era todo, no había nada más en el mensaje.  Y luego vi mi barra de notificaciones, que contaba con 4 llamadas perdidas de él. 

Instantáneamente, me sentí mal, no quería que él pensara que lo estaba evitando, aunque así fuera simplemente no quería que lo pensara.  Era algo en lo que estaba segura que no quería, así que decidí que no era el momento ni el tiempo para ponerme a pensar estás cosas. 

Iban pasando los minutos conforme pasaba todo. Y ahora si se me estaba haciendo tarde, para ir a la Universidad. No quería tener que faltar de nuevo así que hice mi mejor esfuerzo, y me levanté de mi asiento, para poder salir del departamento. 



Cuando salía de la Universidad, decidí que era mejor caminar al Walmart, ya que seguramente iría a un día de trabajo rudo, porque no había ido en varios días, y me sorprendía el echo de que no me habían llamado para despedirme. 

En la Universidad, me habían echo hacer una exposición, justo cuando llegué. Yo era de esas que estudiaba todos los días por falta de vida social, así que no se me hizo muy difícil, y me mandaron más tarea de lo que en realidad habían mandado en esos días que falté, sólo quieren hacerme la vida un rollo. 

Estaba caminando hacía el Walmart que no quedaba muy lejos de la Universidad, no tenía motivos para irme caminando, porque tenía dinero para un Taxi, pero simplemente quise pensar. 

Mi día no había sido extraordinario, había sido una basura, no quiero continuar así. Yo pensé que estudiar, me iba a divertir estudiar lo que me gustaba, resultó que no era verdad, estudiar eso no me divertía. 

No me hacía feliz. 

Eso me recordó a lo que me había dicho Finn, y me dí cuenta que tenía razón. Él estaba en lo cierto cuando me dijo que si no te gusta lo que estás estudiando, no te va a ir bien, o tal vez pienses que si te gusta, pero la verdad es que no te gusta, cómo era mi caso. 

Si a la April de hace 10 meses le hubiesen dicho algo sobre dejar  su carrera o dejar la Universidad por completo, ella se hubiera reído y hubiera dicho que yo estaba loca. Pero ahora, ahora es lo que más quiero. 

Trabajar en el Walmart tampoco me gusta, pero me gusta más que estar yendo a un lugar del cual no sacaré más que un estúpido título y si no consigo trabajo, no seré nadie en la vida. 

Sé que en este punto de mi vida no debo ser pesimista, pero está demás decir que así soy. Y es algo de lo que no me avergüenzo, más bien creo que es una virtud. Porque tal vez si soy demasiado optimista, el golpe sea más fuerte. 

Mi vida era una rutina sin fín, y tal vez a las demás personas les llenará y les hiciera feliz, pero a mi no me hacía para nada feliz, me deprimía y no tenía explicación para que una persona tan joven como yo fuera tan infeliz. 

Que aunque, haya vivido un suceso traumático, algunas personas lo superaban, y no entendía porqué yo seguía aquí estancada en esta desgraciada vida que no llegaba más lejos de la ruta al Walmart. 

Mi vida era terriblemente deprimente. 

Se me salió una risa irónica lo que causó que varias personas me miraran de mala manera. 

Me di cuenta que desde hace un mes, el tiempo exacto en que me crucé con ese cuidador de perros llamado Finn, mi vida había sido más interesante, más divertida, pero sin embargo yo seguía igual. No quería salir de mi rutina. 

Cuando me dí cuenta estaba en frente de mi edificio.

Tenía que hacerlo, tenía que vivir. 

Sin pensarlo demasiado, avancé rápidamente hacía el ascensor y cuando entré bloqueé todo tipo de pensamientos que me hicieran revocar mi decisión. Me puse a tararear una canción y mi mente se centró en recordar la melodía de la misma. 

Cuando el ascensor se detuvo en mi piso, salí apresuradamente y abrí la puerta. Cuando entré en mi departamento, me fui hacía el dormitorio y busqué en el armario un gran bolso. Y saqué la ropa más linda que tenía en mi armario y la metí en el bolso. 

Metí mi ropa interior y una bolsa que tenía escondida en mi armario lleno de dinero. Metí todas las cremas que usaba y mi maquillaje. Salí del dormitorio con el bolso en mi espalda y fui hacia la despensa y vi que tenía. 

Lo único de lo que me preocupe fueron mis cajas de galletas, así que también las empaqué. Y metí una caja de películas que tenía gracias a Robin. 

Cuando ya tenía todo listo, me dispuse a salir del departamento, sin querer arrepentirme y bloqueando mis pensamientos. 

Tomé un taxi y salí de mi rutina de una vez por todas. 



Cuando llegué a su casa, subí hasta su piso, y toqué la puerta. Esperaba que abriera cuando por fin se escuchó un suspiro del otro lado y se escuchaba cómo abrían la puerta. 

Cuando lo vi me paralicé por su aspecto, tenía sólo unos chores y estaba sin camisa, dejándome ver su escultural pecho.  Su cabello estaba desordenado y cuando abrió la puerta empezó a balbucear cosas. 

-Señor, ya le dije que no quie... -se detuvo cuando e dio cuenta de quien estaba frente a él. 

Reí en mi interior. 

-Hey. -le dije mientras el me inspeccionaba con ninguna expresión visible. 

-¿Qué haces aquí? -preguntó extrañado y sin pensarlo dos veces me abalancé a donde estaba él y lo besé. 

Él me siguió el beso un tanto sorprendido, sus manos se pusieron en mis mejillas acariciándolas y por desgracia para mí nos separamos por falta de aire. 

Él me miró con ternura esperando que dijera algo. 

-Espero que no sea tarde para acompañarte en tu viaje. ...............................................................................................................................................................

Nota de autora: 

HOOOOLAAAAAA MANDAAAAAARINITASSS.

Me encanta que April dijera que sí, kemozion. AAAAAAA 

No se pierdan, el próximo capítulo, por esta misma plataforma, a la misma hora. 

JAJAAJAJA 

GRACIAS POR LEER MI HISTORIA, LOS AMO.

Dani.

La Aventura de la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora