-¿Miami? -pregunté, viendo el mapa.
-No, muy caluroso.
-¿San Francisco? -pregunté de nuevo.
Él río.
-Tampoco.
Lo miré divertida y alcé las cejas.
-¿Las Vegas? -pregunté.
Él volvió a reir.
-No. -me dijo. -¿Tú quieres ir a alguno de los que me has nombrado?
Me encongí de hombros.
-La verdad no sé.
Él sonrió apretando el volante.
-¿Qué te parece...? -empezó él. -¿Bulgaria?
Se notaba que estaba bromeando, pero yo abrí los ojos cómo platos y lo miré anonadada y él estalló en carcajadas.
-¡No quites la mirada de la carretera! -le dije, ignorando la gracia del chiste, aunque igual sonreía.
-¿Qué tiene de malo Bulgaria? -preguntó él.
Arrugué la cara, a manera de pensar y lo miré.
-Nada, sólo no quiero ir. -sonreí.
-Bien. -acepto burlón. -¿Qué tal Hollywood?
-¿Quieres ir al lugar de viajes mas cliches del mundo? -pregunté con humor.
Él se encogió de hombros.
-Nunca he ido. -admitió y yo no pude ocultar mi sorpresa ante esa revelación.
-¿Nunca? -pregunté y el sonrió.
-No, jamás.
-¿Y quieres ir? -pregunté.
-Desde pequeño. -confesó. -Sería genial ir contigo.
-¿Por qué no vamos? -le dije. -¡Hay que ir!
Él me miró con una sonrisa, y luego suspiró.
-Que bueno que estés emocionada. -me dijo.
-¿Por qué no he de estarlo? -pregunté. -Estoy aquí, contigo y pronto iremos a un lugar totalmente desconocido, y veré cosas nuevas.
Estaba tratando de tirar puntas para que él se diera cuenta.
-¿Quién eres y qué hiciste con April?
Yo me reí al igual que él, pero de su cara no desaparecía la sorpresa que llevaba.
-Se está haciendo de noche. -me advirtió viendo la hora en el reloj del auto.
-¿Cuántas horas llevas conduciendo? -pregunté.
-Unas 3 horas. -me dijo.
-¿Y no estás cansado? -pregunté.
-No tanto, tú me distraes. -me dijo sonriendo, mostrandome sus perfectos dientes.
-¿Dónde estámos? -pregunté dándome cuenta de que no veía nada, sólo carretera y parecía que eramos el único auto.
Ya claramente el cielo estaba oscureciendose.
-En la carretera que va hacía... -se detuvo, viendo los letreros. -Va hacía New York.
-¿Y cuánto falta para llegar? -pregunté.
Él se río.
-Cómo 14 horas, April. -me dijo y de nuevo, no supe ocultar mi sorpresa.
-¿De verdad? -pregunté y asintió. -¿Dónde vamos a dormir?
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La Aventura de la vida.
Ficção AdolescenteApril tiene depresión, no confía fácilmente en nadie, no se atreve a vivir fuera del límite. Se ha convertido en una persona solitaria, incapaz de pensar por sí misma. Cumple su rutina y no sale de ella. Desde ese momento.... Finn llega a su vida p...