La Aventura de la vida.

Capítulo 27: Sentir.

-¡Oh Dios Mio! -exclamo fascinada con lo que veo a mi alrededor. 

-Es impresionante ¿no? -pregunta Finn sonriendo. 

-¡Si! -exclamo. 

Estamos llegando a las calles de Los Angeles, y no puedo estar más emocionada. Al principio, cuando nos faltaba poco para llegar, pensé que me sentiría incómoda, pero esto es totalmente hermoso. Las calles están llenas de gente vendiendo lo que sea, lindas palmeras recibiéndote, gente comprando, patinando,  vistiendo desde vestidos de playa hasta trajes caros. 

Desde que llegué he visto un montón de palmeras, todas en fila, recibiéndote. Son las 5:00pm de la tarde, y todo se ve tan hermoso, el cielo está oscureciendo, pero no se ve exactamente negro, toma un color diferente, que justo ahora no sé cuál es, pero me emociona. 

No sé cómo será en las zonas más serias y no sé si estará así porque es sábado, pero todas las personas de este lugar son personas libres y eso me encanta y me pone eufórica. No sé bien cómo es sentir adrenalina extrema, pero puedo decir que estoy más emocionada que nunca. Y aunque pensé que tendría miedo, me enorgullece decir que no lo siento. 

Quiero salir ya del carro y correr junto a esos niños, mi cuerpo quiere ir y tirarse en la playa. Pero, está más que claro que no haré eso. Aunque me encantaría ver la cara de Finn si hago eso, tal vez el también se sentiría orgulloso. 

-Me encanta, me encanta. -le digo emocionada. 

-Tranquilízate. -me dice el riendo. 

-Lo lamento. -me río yo también. 

-No, me encanta que estés emocionada. -me dijo él buscando dónde estacionarse. -Creo que tengo dinero para la comida, pero es mejor que vayamos al hotel.

-¿Al hotel? -preguntó y volteo a mirarlo extrañada. 

-Sí. 

El termina de estacionar, pero no me doy cuenta de dónde estamos, sólo lo miro a él. 

-¿No dormiríamos en el auto?

Finn lanza una carcajada. 

-¡No! -me dice. -Sólo lo haremos en la carretera, en las ciudades en las que estemos tendremos que ir a un hotel, Ap. -me dice entre risas. 

No puedo evitar sentir caliente mis mejillas. 

-Entiendo. -y en ese momento veo el hotel en dónde nos quedaremos. 

Debo admitir que me hubiera bastado dormir en un motel, pero este hotel en lo absoluto no me molesta, lo único que me molesta es que Finn estará pagando todo. Aunque no es un hotel cinco estrellas está hermoso y se ve caro. 

Finn al salir del auto, me mira viendo el hotel con expresión de anonadación. 

-¿Es mucho? -pregunta soltando una risita. 

-Un poco, sí. -le dije golpeándolo amistosamente. 

-Sólo ven, gorda. -me dijo y yo eché una carcajada. 

Caminamos  y nos adentramos al hermoso hotel del cuál quiero quedarme para siempre, y nada más he visto la recepción. Estoy emocionada por el hecho de que Finn está hablando con la recepcionista para lo de nuestras habitaciones.

La muchacha de la entrada lo mira con deseo, pero me parece una exageración. Finn es demasiado lindo, tiene un cuerpo para morirse y te pierdes con solo mirarlo. Pero esa niña quiere devorarlo sin pudor, y no sé porque siento ganas de darle una cachetada.

No hay que pasar por alto que es realmente linda. Sin embargo, es muy ofrecida, cosa que daña todo lo demás. Ella se me hacía familiar de algún lado, pero no sé de donde.