Capítulo 31: Somos novios.

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Llegamos al restaurante, como una familia por así decirlo, muy grande, así que tuvimos que esperar unos minutos a que nos arreglararan las mesas. Juntaron más o menos cuatro mesas. El restaurante era lindo, aunque yo veía que era realmente lindo, aunque yo varía que era realmente caro, por lo lujoso que era, lo que esperaba era que la comida fuera buena.

Usualmente no iba a restaurantes por la simple razón de que no veía el sentido, imagino que es mejor ir a los restaurantes donde no tienes que cocinar y la comida es mejor. El gran contra que yo le veo es que si quieres más, tienes que pedir otra cosa , y gastarás dinero.

Yo soy de esas personas que no gastan su dinero en comida, o en cualquier cosa a la cuál no le vea el sentido. Entiendo que es elegante y eso, comer en restaurantes, y gastar el dinero en algo supuestamente productivo según tú.

Yo supongo que no soy de esas personas, simplemente.

-Dios. -escucho que alguien dice y luego hay risas. No reconozco la voz, pero volteo para ver pasa.

Detrás de mi están dos personas, un chico y una chica, ellos están riendo en una mesa, sin importarle que los vean. Los dos están muy juntos, lo que me hace asumir que son algo mas que amigos. La  chiva me da espalda, se ríe esta vez más fuerte, y el chico la mira.

Por la manera en la que la mira, puedo darme cuenta de lo loco que está por ella, la chica trae una camiseta y unos shorts, y desde el momento que tengo mi mirada en ellos, que sin embargo no es mucho,  él no ha hecho movimiento de querer tocarle los muslos o cualquier otro lado prometedor. Simplemente la mira, y desde el punto en el que estoy puedo ver lo iluminados que están sus ojos.

Me parece realmente tierno eso.

Aunque sea una chica que no sabe expresarse y que no sabe realmente que es lo que quiere, sé que yo quiero a alguien que aunque esté consciente de que hay mujeres más bonitas que yo, pero que para él yo sea la más bonita.

Refiriendonos a lo físico.

Sigo mirando atentamente a la pareja de enamorados, el chico hace un movimiento y le coloca el dedo a la chica en la nariz. Ésta se echa hacía atrás y ríe nuevamente. El asunto de su dulzura empalagosa me causa gracia, así que también río.

-Su mesa ya está preparada. -escucho que dicen a mis espaldas, una voz masculina.

Volteo para observar a la persona que nos vino a avisar y Finn llega del baño este me mira sonriente, como cosa muy normal en él porque no sabe hacer otra cosa que no sea sonreír, y al llegar agarra mi mano.

Caminamos juntos hasta la mesa,y nos sentamos uno al lado del otro, justo enfrente de mis padres. Nos quedamos mirandonos unos minutos, Finn y yo, hasta que el mesero hace un sonido para llamar la atención con la garganta.

No separo la mirada instantáneamente, y le da tiempo a Finn para sonreírme pícaramente y guiñarme el ojo. Rio suavemente con el calor presente en mis mejillas para luego retirar la mirada y concentrarme en el mesero.

Este está parado observándome seriamente, y me quedo estática. Es un chico realmente lindo, no lo negaré. Su cara tenía rasgos duros, su cabello era largo y castaño, y tenía los ojos marrón oscuro.

Su cuerpo se notaba que era trabajado y era alto. No tenía que ser una genia para darme cuenta de que le interesaba, por la manera en la que me miraba, me decía todo.

-Buenos días. -dice este, con una voz grave. -¿En qué puedo ayudarles? -preguntó.

No quise responder, por la manera en la que me miraba.

-Viendo lo que tienen, me gustaría pedir una hamburguesa. -habló mi padre y vió a mi madre para luego volver a hablar. -Y una para ella. -señaló a mi madre.

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