Capítulo 32: Turistear.

324 11 1
                                    

-¿Amarillo? -pregunta Finn. 

-No. -respondo riendo. 

Finn estaba imitando mi forma de elegir ropa. O la forma de elegir ropa de las chicas en general, porque él nunca ha ido de compras conmigo, por la simple razón de que yo no hago eso. 

-La camisa azul me queda mejor ¿a que si? -pregunta él fingiendo voz femenina y yo suelto una carcajada estruendosa. 

-No creo que las mujeres suenen tan ridículas como lo haces tú ahora. -digo riendo, agrrando mi abdomen con dolor por tanta risa. 

Él sonrió dejando las prendas en su maleta, y luego me acompañó sentándose enfrente de mi en la cama. 

-Suenan peor que yo. -me dice él riendo. 

-¿Tú has ido de compras con una mujer? -pregunto cruzándome de brazos. 

Él se ríe y debo admitir que hoy está más caliente que siempre. 

-Con mis primas, la esposa de mi hermano, y con mis ex's. -dice él, y algo en mi interior se revuelve, sin yo saber porqué. -Y no olvidemos a mi madre. -replica lo que me hace sonreirle. 

-¿Y es así? -cuestiono.

-Es peor, chica. -dice mientras se acuesta en la cama. -No me digas que tú nunca has salido de compras. 

En eso, retiro la mirada de él, y niego con la cabeza. Este se incorpora rápidamente 

-¿Nunca has tenido un día de compras de chicas? -preguntó atónito.

-No. -respondí más seco de lo que hubiese querido.

Él me mira confundido y alarga su mano para acariciar mi brazo.

-¿Por qué? -preguntó en susurro.

Yo lo miré y estoy segura que la vergüenza por hablar del tema se me notó. Intenté ocultar cualquier tipo de sentimiento, pero no podía lo suficiente.

Entonces me dí cuenta, de que ante él no debo ocultarme. Debo ser un poco más transparente de lo que soy. Y así, me relajé.

-No lo sé. -le comenté. -Nunca he salido a hacer compras de ningún tipo, sola. -me confesé.

Sus ojos no pracían sorprendidos, ni su rostro. Sin embargo, éste arrugó las cejas.

-Siempre salía con mi mamá a comprar los domingos. -le dije. -Y mi mamá y Robin me traían la ropa de las tiendas, a probarmelas en mi casa.

Él asintió.

-Pero, ¿cómo es que te duraba la comida? -preguntó pensando.-¿Compraban mucha? Porque la comida que he visto las veces que he estado en tu casa, pues no es mucha que digamos.

Yo asentí.

-Yo compraba la que normalmente compro.

El abrió los ojos horrorizados.

-¿Puras verduras y ensaladas y yougurt? -preguntó aún con sus pepas oculares bien abiertas.

-Sí.

-Ahora, dime ¿por qué rayos trabajas en un Walmart, si no vas de compras sóla? -preguntó.

Lo miré esperando que la respuesta se posicionara en su frente,y  pudiera leerla y decírsela.

No tenía respuesta para eso, como no la tengo para la mayoría de sus preguntas, él sabe muy bien que preguntar, haciéndome darme cuenta de lo que hay a mi alrededor, haciéndome dar cuenta de que hago cosas sin sentido.

La Aventura de la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora