Capítulo 28: La noche de confesiones.

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Me siento en la cama de frente a la ventana, colocandome mi camisa, esperando que Finn salga del baño. Aunque no quiero que salga, porque sé que en estos momentos, no podré controlarme. Y quiero estar con él, además de saber que esta cansado y que quiere acostarse y descansar.

Le dije que pediría la comida y que veriamos peliculas acostados. No quiero estar muy cerca de él, no sé que son las ganas que tengo de besarlo y tocarlo.

Deseo que me bese y que me toque, pero sé que ahora no es el momento.

Hace ya un rato pedí la comida, y debe estar por llegar. Estoy pensando en la ropa inadecuada que me puse.

Si yo quería evitar algún tipo de contacto entre nosotros, pues fracasaré si no me cambio. Tengo puesto unos shorts y una camisa holgada, que cubre hasta la mitad de mis muslos, un poco más abajo de dónde me llegan los shorts.

Tenía la cabeza en otro lado mientras me cambiaba, y no me dí cuenta del error que cometí. Aunque ya no escucho el agua caer, así que ya no me quitaré la camisa ni mucho menos el short.

Escucho movimientos en el baño, así que me levanto de la cama y corro despacio hacia la ventana y simulo estar viendo por la enorme ventana de la habitación.

Ahora que me doy cuenta, la habitación es realmente espaciosa. Tiene una cama matrimonial justo en el centro de la habitación, tiene dos armarios sumandole el baño y la habitación auxiliar. Tiene una mini nevera al lado derecho de la cama.

Del otro lado, hay una mesa de noche, en donde está un lampara y otras cosas. Hay un gran ventanal dónde se ve gran parte de la ciudad, es realmente hermoso, y mucho más a esta hora de la noche. Están todas las luces de la ciudad prendidas y se ve realmente lindo.

Escucho como se abre la puerta y mis sentidos se concentran en escuchar lo que pasa detrás de mi. La ventana me permite espiar discretamente como Finn sale del baño con la toalla en la cintura, me quedo viendo como su escultural cuerpo avanza, hacia el armario buscando ropa para ponerse.

Mi corazón late a millón por el solo hecho de tenerlo detrás de mi, sin camisa y con una toalla rodeando su cintura. Él me ignora, mientras busca su ropa, pero en un momento se da la vuelta y me mira.

Retiro rápidamente la mirada de él, y finjo prestar atención a la vista. Siento su mirada detrás de mi, y mi cuerpo tiembla. Luego este se voltea y se dirige a la habitación auxiliar para colocarse su ropa, y puedo respirar en paz.

Me alejo del ventanal y me siento en la cama, esperando a que él salga. En eso tocan la puerta principal, y yo me aproximo a ver quien es. La puerta de la habitación tiene un ojo de pez en el que puedo ver quien está del otro lado de la puerta sin abrirla.

Veo que es el repartidor de pizza y me apresuro a abrir la puerta. Cuando la abro el muchacho que reparte me mira de arriba abajo con la boca abierta. Yo le agradezco y tomo las dos pizzas.

-Ya te traigo el dinero. -le digo, adentrándome en la habitación.

Me apresuro a buscar el dinero en mi bolso, lo más rápido que puedo. Cuando consigo el dinero, me volteo encontrándolo viendo mi trasero. Sin embargo, no le presto atención y le entrego el dinero. Este lo acepta y busca el cambio.

Esperando que me de el cambio, siento como unas manos encierran mi cintura, haciendo que pegue un pequeño salto. Sonrío para mis adentros cuando siento que estamos completamente juntos. El muchacho levanta la mirada para entregarme el cambio, este se queda en blanco por unos segundos, lo que me causa gracia porque seguramente pensaba que estaba sola.

El me entrega el dinero y se va con las mejillas rosadas lo que me hace soltar una risita.

Finn que tiene su carita en mi hombro se despega de mi y camina hacia la cama. puedo verlo con detenimiento y quiero babear libremente. Tiene una camisa gris pegada al cuerpo, que hace que sus músculos se noten, su pantalón también es gris y es ancho.

La Aventura de la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora