Capítulo 12 Siempre estaremos aquí

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Narra Teresa

Eran las 3:00 de la tarde y todavía estamos en el hospital. Jonathan había agarrado el teléfono y marcó a los padres de Dilan. Estaba sentado en el regazo de Jonathan, ya no podía llorar, se me acabaron las lágrimas. No había soltado ni una palabra desde que se llevó a los dos a intensivo.

-Familia de Dilan Johnson-dijo el doctor.

Todos nos levantamos.

-Soy su madre.

-Y yo su padre- respondieron los señores a Johnson.

-Nosotros somos sus mejores amigos-dijo Jonathan.

-Bien. Su hijo se encuentra estable, pero se fraccionó el cráneo y tendrá que estar en observación.

-¡Qué hay de Katie! - Gran alterada.

-Ella todavía está en urgencias. El impacto fue muy fuerte y todavía está sin reaccionar...

Me alejé para sentarme, pero no tanto para poder escuchar.

-... Dilan está dormido, pero si quieren pasar a verlo, pueden hacerlo.

-¿Podemos ir nosotros primero doctor? -Dijo la Sra. Johnson refiriéndose a ella y su esposo.

-Claro, vengan por aquí-dijo el doctor.

Los padres de Dilan siguieron al doctor y Jonathan y yo nos quedamos en la sala de espera.

-Teresa. ¿No crees que debamos ir a casa a cambiarnos?

-Deberíamos, pero no quiero, Jonathan. Cuando Katie despierte quiero ser la primera en verla.

Tal vez no sea digno para ella, pero la apoyaré en todo. Quiero estar ahí para ella.

Narra Katie

Sentí que unas enfermeras me trasladaban a un cuarto aparte. Instalaron todo y se retiraron. Al retirarse, pude abrir los ojos completamente. Era una sala para un paciente con un sofá blanco, una televisión arriba, las paredes blancas, un lado derecho, una ventana grande y una cortina tapando la luz.

Al observar mi cuerpo, encontré muchos cortes en los brazos y moretones por doquier. ¿Qué me había pasado? Traté de incorporarme, el dolor que me sentí fue como si hubieras pasado un tiempo por encima y luego hubiera dado los ríos y me hubiera pasado por encima de nuevo.

-Joder Duele.

No pude entrar en razón, mis párpados me pesaban más a cada segundo, haciendo que cayera en un profundo sueño.

Narra Sandra (Sra. Johnson)

Cuando entramos a ver a Dilan, no podemos evitar llorar viendo a mi hijo con la cabeza vendada, moretones y cortadas. Me refiero rápido y me arrodillé por un lado, agarré la mano mi hijo. No puedo parar. Emanuel -mi esposo- se arrodilló a mi lado para consolarme.

-¡¿Porque pasa esto, porque?! -Dije entre sollozos.

-A veces la vida nos pone pruebas cariño. Dilan tiene que ser fuerte y tenemos que apoyarnos en todo lo que podemos.

Yo no dije nada, solo asentí. No podía. Pasaron como diez minutos, la mano de mi hijo se movía. Levanté la vista esperando los ojos de mi hijo. Empezó a moverse bruscamente y las máquinas se volvieron locas con ese sonido tan abrumador.

- ¡Hijo! ¡Por favor, no me dejes! No me dejes sola. Te amo hijo ¡Por favor! - Grité entre sollozos.

-¡Doctor! -Llamó mi esposo-¡Doctor!

¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora