Me quede en shock a la pregunta de Teresa. No podía contestarle, ni siquiera yo sabía la respuesta. Pero opto por decirle la verdad.
-No lo sé Teresa, la verdad es que no sé. Sé que debería odiarlo, pero por alguna razón no puedo hacerlo.
Ella se queda pensativa unos minutos y luego asiente en comprensión. No niego que me siento...Diferente, segura de alguna forma y cada vez que estoy con él, siento adrenalina por todo mi cuerpo pero todavía no sé explicar qué significa eso, nunca lo había sentido. Es extraño sentirme así con alguien que me molesta, ni yo misma me entiendo. O sea, estoy segura con alguien que hace bullying. Hormonas.
-Cambiando de tema... ¿Vas a la fiesta del viernes? Sé que estás aquí y parezco una loca pero el doctor me dijo que te dan de alta en unos días.
-Bueno, no lo sé. Solo sé que me voy mañana del hospital porque me lo dijo la enfermera, pero cuando salga tengo que reposar algunos días y...
-¿Y?
-Tengo que estudiar de un examen para el viernes-excusé.
-No me vengas a decir que es el examen de Ciencias Terrestres-dijo soltando un bufido. ¡Además estás en el hospital!
-Si. Entonces... ¿No puedo estudiar de un examen pero si ir a una fiesta contigo? Milagro que no he reprobado-dije, ella rueda los ojos.
-Deja los exámenes y diviértete, necesitas salir de la rutina.
-Ok-dije, poniendo los ojos en blanco.
Es que a esta chica no se le puede decir que no.
-Katie... ¿Esta vez nos podemos quedar hasta tarde?-Dijo poniendo cara de perrito.
-No digo que no, porque en la fiesta anterior no pudimos disfrutar hasta el final.
-Gracias Katie... ¡Eres la mejor!-dijo, y se me tiró encima.
-E-esta bi-ien pero podrí-ías salir-rte de en-ncima-dije tratando de respirar.
-Lo siento-se disculpó.
(...)
Luego de hablar todo el lunes con Teresa, salir del hospital el martes y reposar, estudiar el miércoles -si, como quiera estudie por si acaso- hoy era jueves. Hoy en la tarde a voy a ir de compras con Teresa para la fiesta de mañana.
Me levanté a las siete de la mañana, entré a la ducha y luego dejé que el agua caliente bajara por mi cuerpo y me relajé en la larga ducha de media hora. Al salir, opté por unos pantalones cortos de mahón azul con rotos, una camisa que me llegaba hasta el ombligo con la palabra bitch blanca y unas addidas color blancas con rayas negras.
Como Teresa no tarda mucho, bajé las escaleras a desayunar unos ricos pancakes con nutella. Ni siquiera saqué la harina cuando el timbre de la puerta suena. Me encaminó hacia la puerta y cuando la abro casi me da un infarto. Una descarga eléctrica va desde mis pies hasta mis cabellos. Mis piernas flaquean y mis manos sudan.
El hijo de Poseidón ha bajado del cielo a hacerme stripper. Ahora que lo pienso, se parece a Percy Jackson... ¡Empieza por la camisa!
Estoy de acuerdo contigo.
Ahí parado estaba Dilan con una camiseta de cuadros roja, desabrochada en los primeros tres botones, pantalones negros y una vans rojas. Vamos a subrayar lo de desabrochada por favor. Tenía el pelo revuelto y el abdomen se le marcaba en la camisa. En resumidas cuentas, cualquier chica que lo viera se convertiría en gelatina ante esa belleza. ¡Oh shit! ¡Acabo de pensar que es lindo! ¡Qué te pasa Katie, es tu bully! Yo estaba a punto de un colapso gelatinoso. No podía dejar de mirarlo.
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¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!
Teen FictionKatie llega a su nuevo instituto, esperando una vida diferente y alejada del bullying. Pero el chico más popular, playboy y bully de la escuela se fija en ella para hacerle la vida imposible. Ella con el tiempo empieza a sentir una atracción hacia é...