Capítulo 37 El primer latido de muchos

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Narra Dilan

Cerré la llave de agua y empecé a secar mi pelo con la toalla mientras salía de la ducha. Envolví la toalla alrededor de mi cintura y me encaminé a mi casillero del baño para buscar mi cambio de ropa. Me puse el bóxer y el pantalón. Me tiré en una silla y suspiré.

-Tengo que hacer algo, esto no puede seguir así.

También por Jonathan, le debo mucho a lo que hice, suspiré.

-¿En qué piensas?-Dijo Jonathan colocándose la ropa.

-Nada diferente, esto es un desastre.

-Es tu culpa.

-No tengo que recordar, lo sé perfectamente; soy un gilipollas.

-Mierda-maldijo Jonathan; mientras empezaba a rascar la espalda.

-¿Te picó un bicho?

-Creo.

Empecé a sentir como si alguien que pellizcara en los muslos, empecé a rascarme también.

-¿Qué diablos pasa?

Jonathan tenía la piel irritada y roja por rascarse. Me empezó a picar la espalda y me pegué a la pared para rascarme, Jonathan siguió mi ejemplo.

-Esto no puede ser un mosquito, y aquí no hay hormigas.

La parte del frente de mi pantalón comenzó un picarme. Gruñí y me rasqué.

-Creo que no fue un animal-dijo Jonathan quejándose.

-Polvo pica pica, malditas.

Me metí a la ducha rápidamente mojando mi cuerpo mientras que la ropa se abombaba. La picazón disminuyó hasta que se fue completamente. Salí de la ducha empapado y Jonathan me concierne por detrás. Volvimos a secarnos lo que pudimos y nos dejamos la ropa empapada.

-Ahora nos vendría bien un secador de pelo, pero no estamos en el baño de chicas-dijo Jonathan riéndose al ver su ropa.

-No es necesario Jonathan.

Esa voz femenina provenía de la puerta, Aliss.

-Fue un buen show, todo quedó grabado. Sirven para hacer algo.

Nos tiró un bulto y este calló a mis pies. Lo abrí y la miré molesto.

-¿What? Es mejor que nada. Además, se verán muy monos.

Aliss camina hacia la salida haciendo un gesto con la mano de despedida. La dejo de observar para ver como Jonathan se empieza a poner su ropa.

-¡¿Estás loco?!

-Es mejor que nada.

-¡Pero eso es lo que ellas quieren!

-¿Se te olvida que tienes un pantalón blanco? Se te verá todo.

Maldije por lo bajo mientras veo mi ropa. Camisa de tirantes rosa con un símbolo de una serie animada para niñas y un traje de baño de natación para hombres rosa. Por lo menos combina. En cambio los de Jonathan eran violetas. Salimos de los vestidores con la esperanza de llegar a mi auto sin que nos vean nadie, aunque sea casi nula. Corrimos por los pasillos y llegaron a las puertas principales abriéndolas de cantazo. Bajamos las escaleras y encontramos mi carro rojo en la primera fila. Katie estaba ahí.

-Ah, ya llegaron. Adelante, pasen.

Katie salió del medio dejando a la vista mi carro. "El carro de la putita original" estaba rayado en la puerta.

¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora