Capítulo 29 Elijo los sexys abdominales

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Lo dije, lo había dicho. Dije que lo amaba, que amaba a Dilan y se lo dije a Mateo.

Me tapé la boca con mis dos manos y bajé la cabeza. Mateo me miraba con una expresión dolida.

-¿No hablarás enserio verdad?-dijo riendo sin ganas-. Por Dios Katie, no puedes ser tan ingenua. ¡Johnson solo quiere usarte! ¡No seas estúpida!

Eso me había dolido. ¿Yo estúpida? Estaba segura de mis sentimientos, y sé que Dilan no es como todos dicen.

Me acerqué a Mateo decidida y le di una cachetada.

-¡No soy una estúpida! Me gustaría saber, ¿a dónde se fue el Mateo de hace unos minutos? ¡Él no es así! ¡Y sí, me enamoré de Dilan! Pensé que eras diferente a los demás, pero veo que me equivoqué.

-Katie no seas...

-No me hables-corté-. Cuando me baje de aquí no volverás a buscarme y no te dirigiré la palabra.

-¡No! ¡Tú no me vas a dejar así! ¡Eres solo mía! ¡No de ese idiota!

Mateo me acorraló en el asiento y me agarró violentamente por las muñecas besándome a la fuerza. Trataba de soltarme, pero me agarraba muy fuerte. Su agarre dolía.

-¡¿Qué te pasa Mateo?! ¡Suéltame!

-¡Voy a obtener de ti lo que yo quiera!

Arrancó mi blusa, empezó a besar y morder mis pechos mientras yo gritaba de dolor. Empezó a restregarse asquerosamente a mí mientras yo luchaba por soltarme. Empecé a sollozar. Dilan, te necesito por favor.

En ese momento la máquina paró abriendo la puerta dejando todo a la luz. Mateo paró y se volteó observando a toda la gente que los miraba. Dilan estaba entre la multitud. Él frunció el ceño y se acercó corriendo. Cuando llegó con su rostro lleno de ira, recogió mi camisa del suelo y me la entregó para poder taparme.

-¡Eres un completo imbécil!-Gritó; antes de abalanzarse sobre Mateo y propinarle muchos golpes.

No podía ni moverme, veía como Mateo y Dilan se propinaban golpes y sangraban. Los guardias del parque llegaron y los separaron.

-¡¿Cómo se te ocurre ponerle una mano encima idiota?! ¡No la vuelvas a tocar imbécil!

-¡Esto no se va a quedar así Katie!-dijo Mateo; mirándome furioso.

Mateo se soltó del agarre del guardia y se fue a paso decidido del lugar. Dilan me observó, me agarró por la cintura y me sacó del lugar. Estábamos en el estacionamiento del parque caminando en silencio al carro de Dilan. No me atrevía a mirarlo a los ojos. Luego de que rechacé su beso. ¿Por qué no me había dado cuenta antes? Me encanta todo de él. Cómo se comporta, que sea así de idiota, que me bese, me encanta su cercanía, su olor, todo de él.

-No puedes rechazar mi beso y luego desnudarme con la mirada.

Aparté mi mirada acalorada y miré al suelo del vehículo. Lo miré de reojo; seguía molesto y apretaba el volante mientras manejaba.

Después de un buen rato, el silencio se hizo muy pesado. Tanto que no lo soportaba.

-Perdón, no debiste ayudarme. Me di cuenta muy tarde.

Dilan relajó el gesto y su agarre en el volante. Paró el carro, me miró dulcemente. ¡Ya para! ¡Me estás matando!

-Aceptó las disculpas. ¿Y de qué te diste cuenta?-Preguntó; mirándome fijamente.

De repente el ambiente se tornó muy caluroso.

-¡Nada! ¡No me di cuenta de nada!-Dije moviendo las manos frenéticamente.

¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora