Capítulo 13 Mi Madre

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Me levanté por la luz que entraba por la ventana. Para una persona que duerme como un oso en invierno, esa sensación es una de las peores que puedes tener en tu vida. Me siento en la cama con la dificultad, me encontraba en la misma habitación y en la misma cama, solo llevo unos días y ya no puedo con este encierro. ¡Necesito salir! Escucho que la puerta se abre y veo a una enfermera entrar.

-Hola Katie, tienes una visita.

No puedo creer que esté aquí después de tanto tiempo... ¿Ahora viene a verme? ¡Me esperaba hasta a Emma Watson antes que ella! Como se digna en aparecer. El enojo y la decepción recorren mi cuerpo al ver esos ojos avellana que me miran fijamente. Nunca en mi vida pensé oír otra vez el sonido de sus tacones -ok, exageré-. Nunca la veo, solo en las estúpidas reuniones. Que por cierto no he asistido a una en mucho tiempo.

Mi madre me ve, corre hacia a mí y empieza a decir si estoy bien. No escuché nada porque estoy perdida en mis pensamientos. Se va a decir que pasó ¿verdad? Mi madre no la veo con frecuencia, todo el mundo piensa que siempre va a ser el contador de '' La familia feliz '' pues, no. Mi madre está de viaje siempre. Solo se "preocupa" por mí cuando pasa algo, pero, no dura mucho y se va. Cada vez que le sacó el tema ella siempre tiene la misma excusa: Necesito trabajar para traer dinero a esta casa.

Ella no entiende nada, yo no le pido que deje su trabajo solo necesito una madre que me aconseje, que me entienda y que esté ahí para cuando la necesito. Si, ella se preocupa por mí, pero cuando es algo súper grave. No está solo cuando le pido un simple consejo de madre a hija. Lo que quiero la madre cariñosa que siempre quise que fuera.

-¿Katie, estás bien?

-Si estoy bien. Mi día estaba tan aburrido hasta que llegaste-dije y espero que hayan notado el sarcasmo.

-Qué bueno Katie, pensé que no te gustaría que viniera-suspiró aliviada.

-Mamá... ¿Te podrías quedar conmigo hoy?-Pregunté con esperanza.

Ella estaba a punto de responderme, pero el teléfono de ella sonó. Me miró con la cara de si podía contestar. Ella sabe muy bien que no me gusta que cada vez que hablamos ella tenga que contestar una de sus llamadas de trabajo. Yo solo puse la expresión de me da igual. Entonces se alejó y contesto la llamada. Yo me sabía ese cuento de memoria.

-Katie lo siento, pero tengo que irme a...

-Sí, sí, es una junta de trabajo. Dale vete y deja a tu hija en el hospital sola-corté.

-Katie, sabes que necesitamos del dinero.

Se acercó a mí con la intención de besarme la frente, pero aparté la cabeza, escucho como se alejaba de mí y cierra la puerta.

Ven a que quiero decir, prefiere una junta a que pasar tiempo con su hija. Solo con eso me arruinó el día completo. Solo estuvo cinco minutos y cuatro y medio estuvo hablando por el celular. Que mucho vino a verme.

(...)

Empecé a ver una novela en el televisor del hospital cuando escuché alguien tocando tocaron la puerta.

-Adelante.

Al abrirse me encuentro con Teresa y Jonathan entrando por el umbral de la puerta. Jonathan me saluda sacudiendo su mano y Teresa, en el cambio, corre y se tira encima de mí sacándome todo el aire.

-Teresa, si el accidente no es la mató, tú lo harás y no las ventas de Jonathan.

Teresa lo fulmina con la mirada. Mientras que yo trato de no reírme porque capte el mensaje.

¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora