Narra Teresa
Abrí los ojos lentamente, sentí unas piernas enredadas con las mías. Me volteó y me encuentro a Jonathan durmiendo plácidamente a mi lado. Me dediqué a estudiarlo y trazar líneas en su pecho desnudo, él se retorcía y sonreía como respuesta a mi tacto. Todavía no puedo creer que este chico me haya elegido a mí. Me imagino que pensaron...Tuvieron una noche de sexo ardiente. Pervertido. Pues no, no soy ese tipo de chicas que follan todo lo que tenga...Eso. Esa cosa.
Mi celular suena en mesa de la noche, veo que tengo cinco llamadas y diez mensajes. Todos de Katie. La llamo y contesta al momento.
-¡Chica! ¡¿Dónde demonios estás?! ¡Te llevo esperando tres horas en mi casa para que nos arreglemos y tú no muestras ni señales de humo!- Gritó Katie por el celular. Tapé la bocina del celular para que no se escuchara, no quería despertarlo.
-Ok, ok, te veo allá en diez.
Enganché y miré a Jonathan que aún está dormido pacíficamente. Se me había olvidado por completo la fiesta y había quedado con Katie para arreglarnos. Hice un puchero de protesta y le hice una carta a Jonathan. No quería despertarlo, se ve muy sexy y tierno así. Y cuando digo muy sexy, es que se ve demasiado sexy. Las chicas me entienden.
Hola Jonathan:
Lo siento, me tuve que ir. Había quedado con Katie y me había olvidado por completo. En parte es tu culpa muchachito. Nos arreglaremos para la fiesta, espero verte allá.
XXTeresa
Suspiré y coloqué la nota a su lado. Recogí mis cosas y el vestido que compré en el centro comercial. Katie y yo tendremos una charla cuando la encontremos.
Narra Katie
Quedan dos horas para la fiesta y esta idiota no llega. La voy a encabezar. Daba vueltas en círculos esperándola, tanto, que ya se marcó en la alfombra. Literal. Escuché la puerta abrirse, Teresa entró por la puerta con las bolsas de compras y las tiró en el suelo de la sala.
-¿Dónde carajos estabas?-Preguntamos al unísono.
Nos reímos y luego ella se puso seria.
-No, enserio. ¿Dónde estabas? Jonathan y yo los esperamos en Starbucks y nunca llegaron-dijo cruzando los brazos.
Me senté y solté una bocanada de aire. Empecé a contarle desde lo que me hizo Dilan, cuando encontramos a Mateo, la reacción de Dilan, la cita imprevista en el cine que terminó en una sesión de besos en los asientos y que fuimos cachados por un empleado.
Ella no podía parar de mirarme y reírse. No entiendo porque es tan gracioso que me pase eso. En la tienda y en el cine.
-No te rías...¡Pase bochorno!-Dije enojada.
Lo que conseguí fue que se cayera en el sillón para que siguiera riéndose en el piso como foca retrasada.
Nos arreglamos entre risas y burlas de su parte. Mi vestido se ajustaba a las rodillas, azul royal, accesorios de plata y tacos color plata. Esta vez Jonathan no nos iba a buscar, no quería con Dilan de nuevo. Nos montamos en el coche de Teresa y empezamos a cantar canciones de Daddy Yankee.
-¡Qué estás dura, dura, dura, dura, dura! ¡Qué estás dura mano arriba porque tú te ves bien! ¡Estás dura mamacita te fuiste de nivel...!-Cantábamos al unísono.
Llegamos a la fiesta y nos encontramos Jonathan recostado de un árbol. Se parecía Jacob de la película de Crepúsculo. Levantó su vista y solo tenía los ojos para ella. Para Teresa. Me volteé y me encontré a Teresa con su mirada puesta en el suelo ruborizada. Jonathan caminó hacia ella sin quitarle la mirada ni el segundo. Creo que ni siquiera me notó. La arropó con sus brazos y la beso tiernamente. Teresa había conseguido un buen chico. Aunque ha sido uno de los que me secuestro, se que la quiere. ¡Todavía no veo la hora, ni el día, ni el mes, ni el año, que se hagan novios!
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¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!
Genç KurguKatie llega a su nuevo instituto, esperando una vida diferente y alejada del bullying. Pero el chico más popular, playboy y bully de la escuela se fija en ella para hacerle la vida imposible. Ella con el tiempo empieza a sentir una atracción hacia é...