Capítulo 27 Bajo las estrellas

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-Katie, tenemos que hablar-dijo serio; claramente molesto.

Jamás lo había visto así.

Me jaló del brazo y me llevó afuera de la fiesta. Su agarré dolía, pero no me quejo, sé que me lo merezco.

Al llegar al patio del Instituto me soltó y se posicionó delante de mí. Me sentía la peor persona, no pensé que nuestro reencuentro fuera de esa manera. No podía subir la cabeza de la vergüenza y el miedo que me llenaba por dentro.

-¿Qué pasa Katie? ¡No contestas mis mensajes, ni mis llamadas, no te veo en el Instituto, cada vez que hablo con Aliss o Teresa me ponen excusas, voy a tu casa pero no estás, tu abuela me dice que estás enferma y me mata que me ignores todo el tiempo!

Cada palabra me cae como balde de agua helada.

-Mateo yo...

-Hola Katie, te estaba buscando. Me hubiera gustado que fueras tú la que me hubiese besado y no esa chica pero ahora puedo hacerlo ¿no?

Dilan aparece de la nada y pasa su brazo por mis hombros dándome un beso en la mejilla.

-Ya entiendo, todo este tiempo estuviste con este hijo de puta verdad.

-¡Eso no es verdad!-grité; quitándome el brazo de Dilan de encima-.Yo te quiero Mateo, mucho.

-¿Cómo que te gusta este imbécil Katie?-dijo Dilan; notablemente molesto.

-¡No me digas imbécil! ¡Y lárgate que tengo que hablar a solas con Katie!-dijo empujando a Dilan.

Esto se está saliendo de control, ¿a dónde se fue el dulce Mateo de hace unas semanas?

Dilan empujó a Mateo y este se lo devolvió con un puño, se formó una pelea en segundos.

-¡Por favor paren ya! No se hagan daño-supliqué.

-¿Qué está pasando aquí?

Volteé y me encontré a Teresa y a su lado a Jonathan que se separó de ella para parar la pelea.

-¡Dios, reaccionen! ¡No ven lo que provocan!-dijo señalándome; mientras yo trataba de retener las lágrimas.

-Katie, lo siento-dijo Mateo.

Trato de acercarse a mí pero Teresa se interpuso.

-No Mateo, no ahora. Y tu Dilan, razona.

Teresa agarró mi mano y me llevó al coche de Jonathan. Donde me llevaron a mi casa en silencio, no tarde en quedarme dormida.

-Katie, llegamos.

Me levanté con pereza y baje del auto.

-¿No quieres que me quedé contigo?

-No quiero arruinar tu noche de Halloween por un problema mío, disfrútalo.

-Pero...

-No Teresa, anda y vete.

Teresa todavía con el ceño fruncido entró al auto y se fue con Jonathan.

¡Dios Katie! ¡Qué has hecho!

(...)

-Tengo unas ojeras de madre.

Mi rostro era un fiasco de tanto llorar anoche.

¡Solo pedí un romance cliché! ¡Porque tanto alboroto!

-¡Dilan o Mateo, Mateo o Dilan! ¡Dios que lío! ¡¿Qué hago ahora?!

-No Mateo, ella no está se quedó con Teresa-escuché decir a mi abuela.

-Sé que ella está ahí, por favor, déjeme pasar. Necesito hablar con ella.

¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora