─¿Lo ves? Ya estamos sana y salvas en casita. ─Le sonrió inocentemente como si aquello fuera a cambiar la frustración que abarcaba los pensamientos de la azabache y fuera capaz de eliminar el charco de agua que se expandía en el recibidor. ─¿Pasó algo terrible? Nop.
─Oh no. ─Rió sarcásticamente. ─Solamente estoy empapada, escurriendo todo como si fuera un trapo que pasaron por un charco de lodo mientras tiemblo a causa del frío por la jodida tormenta. ─Sana estuvo lista para replicar, Tzuyu no la dejó y elevó su dedo índice. ─Además que caí de rodillas en el barro cuando venía corriendo con una persona. ¿Ves? Todo está perfecto.
La taiwanesa dejó sus tacones a un lado de la puerta y se adentró de brazos cruzados con Sana siguiéndola como un perrito regañado. Las gotas de agua caían por todo su cuerpo mojando el piso con cada paso.
─¿Estás enojada?
─No.
─Si estás enojada. Cariño, bebé, perdóname... ─Sana envolvió su cintura con sus brazos a la par que apoyaba su mentón en el hombro contrario. ─Ya sé que soy algo despistada y me dejo llevar por mi intuición, pero por favor perdóname.
Sana escondió su rostro en la curvatura de su cuello provocando que sus cuerpos se apegaran un poco más. Gruñó levemente sintiendo como su ropa se pegaba a su espalda por la humedad. ─Hey, te perdono. Pero ahora suéltame, estás mojada.
─¿Y eso qué? Tú también lo estás y no me estoy quejando como una bebé. ─Sonrió y Tzuyu refunfuñó. ─Me vuelves a decir bebé y-
─¿Y qué? ¿Uhm?
─Yo... uh... ¡No dejaré que me des besos por un mes! ─Exclamó segura de que aquello sería suficiente, pero, lo único que provocó fueron unas risas burlescas. ─Bebé, ambas sabemos que a ti te gustan mis besos. No serías capaz de soportar siquiera un día.
─No es cierto. ─Se giró con el ceño fruncido. ─Si es cierto, Tzuyu.
─¡Claro que no! Y ya deja de decirme be- ─Las palabras se esfumaron en los dulces labios de su novia. Sus mejillas enrojecieron rápidamente cuando las traviesas manos de la rubia se deslizaron por la parte baja de su espalda.
─¡Un mes sin besos!
─No vas a aguantar nada, y lo sabes.
─Cállate.
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CUTE! ── SATZU
Fanfiction❝ Sana no sabe cuando parar. Realmente no lo sabe. ¡Pero es que no podía dejar escapar la necesidad de decirle a su bonita novia lo adorable que era! Podía decírselo todo el día, y no se iba a cansar. Bueno, pararía en el momento en el que a ella s...