CUTE! ── SATZU

O22. Melodía.

꒰ Pasado ꒱

─Zhou, ¿puede llevar estos libros a la biblioteca? ─Tzuyu asintió levantándose para tomar los libros de física acomodándolos en sus brazos. Era la hora de la salida pero un poco de tiempo no le haría daño, ya se había acostumbrado a traer y llevar los libros con el tiempo.

La chica caminaba por el pasillo tarareando una que otra melodía extraña que se le ocurría de la nada. Era un lindo día, las flores empezaban a florecer anunciando la llegada de la primavera y las lluvias, el olor a tierra húmeda se propagaba por el aire combinándose con el suave olor de las flores. Tzuyu era una fan de la temporada y por ende, adoraba el olor natural que aportaba.

Habría seguido disfrutando del ambiente, pero fue interrumpida por varios gritos. La taiwanesa bufó en cuanto una horda de estudiantes desesperados pasó a su lado gritando como animales. Suponía que eran los únicos que se encontraban ahí por lo que siguió su caminata.

Sonrió al observar las puertas de la biblioteca y no dudó en acercarse a pasos rápidos, solamente tenía que pasar por los salones de música y arte para poder ser libre. A lo lejos, sus oídos captaron una suave melodía que, si mal no se equivocaba, se trataba de una guitarra. Inmediatamente se mostró confundida, no recordaba que alguien se quedara hasta tarde en esos lares.

La curiosidad por saber quién se encontraba ahí era tan grande como las decepciones amorosas de Nayeon. La manera en la que sonaba el instrumento le parecía en pocas palabras, mágico. Suspiró apegándose a la pared, a un lado de la puerta que daba al salón de música. Tzuyu mordió su labio inferior mientras que su cabeza se movía de un lado hacia otro intentando echar un leve vistazo.

─Baby think about me all night long... ─Su pequeño corazón se aceleró. La chica de la otra clase era la causante de tal melodía. Se llamaba Sana si mal no se equivocaba. Se encontraba sumergida en los acordes de la guitarra y sus labios se movían al son de la melodía dejándola sin habla.

Sin ponerse a pensar sobre las consecuencias, sacó su teléfono tratando de no dejar caer los libros de física que se mantenían sobre sus brazos. Pero ahora lo que importaba era ver a la hermosa japonesa de cabello castaño cantar y tocar a la vez.

Apretó el botón comenzando a grabar, la voz de la chica comenzó a llenar sus oídos vigorosamente e intentó acercarse un poco más para observarla detenidamente. La chica se veía tan atenta en acertar las notas y al mismo tiempo decir correctamente la letra de la canción. Que por alguna razón, se encontraba en coreano.

Eso fue algo que la confundió, ¿no era ella japonesa?

La canción comenzó a volverse lenta con el paso de los segundos al igual que la voz principal caía hasta encontrarse en silencio puro. Lentamente comenzó a acercar su teléfono, y sonrió cuando lo tuvo entre sus manos. Dispuesta a retomar su camino principal colocó el teléfono en el bolsillo de su pantalón, pero, en medio de aquello se tropezó con la esquina de la puerta chillando al mismo tiempo.

─¿Eh? ─Tzuyu giró y observó como Sana se encontraba mirándola, fijamente. Entrando en pánico, la taiwanesa movió su pierna intentando zafarse hasta que dio resultado. Un pequeño hilo de su pantalón se quedó colgando en la esquina de la puerta blanca. ¡Era toda una tonta! ¡No debería haberla espiado desde un principio!

Salió corriendo como toda una cobarde.

Entro a la biblioteca con la cara roja de la vergüenza y el corazón acelerado. ¡Ahora era Tzuyu la acosadora!