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Salí de la habitación lista para ir a la empresa de nuestro socio que, para mí, era totalmente desconocido.

Llamé a la puerta de la habitación del señor Hidalgo y esperé mientras me miraba en la pared del hotel ya que era toda completamente de espejo. Sonreí de lado aprobando mi vestimenta.

Quería jugar un poco con los instintos de Nataniel y me había puesto lo más sexy, y apropiado, para llevar a la reunión de esta tarde. Consistía en un vestido de color verde militar que se me pegaba por completo al cuerpo, la falda del vestido era de tubo y me llegaba hasta por encima de las rodillas. La espalda estaba decorada con una bonita cremallera para poner/quitar el vestido. Recogí mi cabello en un moño deshecho dejando a la vista mí cuello y unos tacones que me hacían unas piernas quilométricas. No sé cuánto aguantaré con este calzado, solo sé que valdrá la pena aguantar con solo ver la cara de Nataniel. Pero, para poder ver mi conjunto, debería esperar ya que llevaba puesto una trenca larga de color negro.

La puerta de su habitación se abrió finalmente, miré a Nataniel.

-Ya era hora.- Fingí estar molesta con él, me encanta hacerle rabiar.

-Perdona, tenía que atender una llamada de último momento.-Contestó seco.

-Vamos, no quiero llegar tarde.-Caminé hacia el ascensor mientras Nataniel me seguía por detrás.

Entramos en completo silencio y pulsé al botón para bajar a recepción, nuestro chofer ya estaba esperando en la puerta. Ambos no intercambiábamos palabra alguna, cosa que me estaba poniendo nerviosa, que no me haya ido a comer con él no significa que no quiera estar con él, dentro de lo estrictamente profesional.

-¿Me vas a decir cómo se llama nuestro futuro socio?

-Te lo hubiera dicho en la hora de la comida, ahora te toca esperar a que lleguemos a Trans&Bro.

Giré para mirarle a la cara y viese lo enfadada que estaba.

-¿Lo estás diciendo en serio?

-Totalmente en serio.-Contestó mirando al frente y saliendo el primero cuando el ascensor llegó a su destino.

Andaba tan rápido que hubo un momento en el cual tenía que correr para alcanzarle.

-Te estás comportando como un inmaduro.-Sentencié.

Soltó una risotada seca después de que ambos saludásemos a Fernando y subiésemos al coche, le imité. Ambos nos pusimos el cinturón de seguridad y nos dirigimos a Trans&Bro.

-No, la inmadura eres tú, desde el día que casi nos acostamos te estoy pidiendo que quedemos para hablar.

Me llevé las manos a la cara para ahogar el grito de frustración y no echarle toda la rabia que tenía a la cara.

-Está bien, hablemos ahora, ¿qué quieres decir?

-Ahora no es el momento, estamos trabajando.

-¡Durante todo el viaje estaremos trabajando!-Respondí alzando las manos para darle dramatismo a mis palabras.

Y el silencio invadió el coche. Negué mordiendo con rabia mi labio inferior dando así por finalizada nuestra conversación. Menos mal que no tardamos en llegar a Trans&Bro porque si no iba a empezar a cortar cabezas.

Nataniel y yo bajamos del coche, nada más entrar al edificio, una chica muy mona, que no dejaba de quitarle la vista a Nataniel y él aprovechaba la situación para coquetear con ella, nos recibió. Pidió nuestros abrigos y, aprovechando al fin mi oportunidad, me quité el abrigo dejándolo con la boca abierta completamente. Sonreí a la chica como haría la querida Blair Waldorf, con superioridad.

Forastera [Serie Forastera#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora