Al final los tres optamos por quedarnos en casa y desayunar lo que había preparado. En un principio a Nataniel no le caía bien mi amiga, por el comentario que soltó cuando le vio. No obstante, al pasar una hora, juntos, su idea cambió.
Nataniel optó por irse finalmente a su piso ya que tenía que cambiarse de ropa y así aprovechaba para dejarnos un rato a solas. Le prometí que esta tarde nos veríamos sin falta.
Cuando ya se fue y volví a sentarme en el sofá, Daniela no dejaba de mirarme con una sonrisa pícara. Respondí alzando una ceja.
-¿Qué?
-Te lo tenías muy bien callado.-Rió mientras me lanzaba un cojín a lo que yo lo paré antes de que impactara contra mi cara.
-No se lo puedes contar a nadie, y menos a mi familia. –La advertí, no quería que todo se fuese a la mierda.
-Tú secreto está a salvo conmigo, ahora vamos de compras, necesito ropa para mi nuevo trabajo.
Fruncí el cejo mientras me levantaba con ella y caminábamos a la puerta.
-¿Nuevo trabajo? ¿Desde cuándo?
-Desde que envié currículum como loca por todas las galerías de arte que había en Madrid.
Chillé de la emoción y la abracé con fuerza, la mayor ilusión que tenía Daniela se estaba cumpliendo. Tantos años estudiando arte darían sus resultados.
-¿Y dónde está la galería que te ha contratado?
-Aún lo sé, pasado mañana empiezo a trabajar, me gustaría acercarme hoy a la dirección que tengo apuntada para no perderme.
-Está bien, después de un par de compras iremos. ¿Te han ofrecido casa? ¿O ya das por hecho que vivirás conmigo? Porque deberías ya que no voy a dejar que te largues.
-Tranquila, ya contaba con vivir contigo.
La abracé como si fuese una niña pequeña con un nuevo juguete mientras caminábamos por la calle, me hacía muchísima ilusión.
Entramos en un par de tiendas, nos gustaba ir de tiendas pero tampoco volvernos locas, íbamos a por algo en específico, mirábamos las demás cosas por encima y nos marchábamos. Sinceramente, esta es la vez que más salía con bolsas de las tiendas, y la mayoría eran de mi amiga.
Daniela me había dicho que quería vestir con un estilo moderno pero elegante, lo que nos había costado definir ese estilo para ella las dependientas de la tienda y yo. Las pobres deberían estar agotadas de nosotras, aún no sé cómo nos pudieron soportar por largos minutos.
Cuando salimos de la última tienda, miré la dirección donde se encontraba la galería, puse el google maps y caminamos hasta allí. Para sorpresa de ambas cuando llegamos, nos dimos cuenta de que encontraba en la paralela de la oficina de mi tío. Fantástico, así podríamos comer juntas. Siempre pasa lo mismo con Daniela, o la tengo a miles de quilómetros o la tengo pegada como una lapa al culo.
Observamos la galería desde la acera de enfrente, un pocos alejados de la oficina ya que, aunque fuese domingo, había gente trabajando.
Una mano se posó en mi hombro haciendo que saltase del susto, era mi tío e iba vestido con traje.
-Tío.-Solté un suspiro mientras llevaba una mano al corazón.- Menudo susto me has dado.
-Me gustaría decir que no era mi intención,-Estalló en carcajadas.- Pero sí lo era.
Negué con una sonrisa. Fruncí el ceño cuando le vi con unos papeles en la mano.
-¿Qué haces hoy en la empresa? ¿Ha ocurrido algo?
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Forastera [Serie Forastera#1]
RomanceGabriela llega a Madrid deseosa de cumplir su sueño, centrada cien por cien en ello. Pero lo que no sabes es que, Nataniel, entrará en escena. ¿La distraíra en su camino? ¿O la ayudará con su apoyo? Una historia de amor que, tal vez, tenga cierto cl...