18. No ayudas en nada.

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Narrator's POV

—Queridos alumnos, como ya saben, cada mes de Marzo, se hace el campamento al Grand Lake, por lo que entre mañana y pasado mañana, tendrán que traer este papel firmado —la maestra muestra el enorme conjunto de hojas— con la autorización de sus padres ¿de acuerdo? —suena el timbre indicando que la escuela había terminado— Conforme vayan saliendo deben tomar una hoja, aunque no quieran ir, es solo por si cambian de opinión. Puede irse.

Al escuchar aquellas palabras, Chase y Adam no tardaron mucho en pararse y salirse a toda prisa del salón, no sin antes haber tomado una hoja de autorización.

Iban caminando tranquilamente hasta que el ruido del teléfono de Chase interrumpe aquel silencio que se había formado. Chase al ver de quien se trataba la llamada, la rechazó y guardo de mala gana su teléfono nuevamente en su bolsillo trasero.

—¿Qué tienes? —le pregunta Adam a Chase con una leve preocupación.

—Nada, es solo mi abuela —contesta desinteresado con un tono de molestia— lleva llamándome desde la mañana.

—Bueno, cambiando de tema, ¿estás listo para el campamento? —le pregunta Adam con una chispa de emoción— este año pienso que podemos meterle un zorrillo a la casa de campaña del Señor Minster.

—No lo sé, no tengo ganas de ir —dice Chase desanimado y con cierto desinterés por el campamento.

—¿Qué? —dice Adam sorprendido— ¡Oh vamos, Chase! Es una tradición que vayamos, aparte está tu hermana y sus amigos, será más divertido —trata de convencerlo— mientras más, mejor.

—Te recuerdo que Grand Lake es el lago en el que ocurrió el accidente de mi hermana y mis papás —dice bajando la mirada tratando de que Adam no notara el dolor que le había causado pronunciar esas palabras.

Todo el tiempo Chase se muestra fuerte y duro por el hecho de que es el pilar de su hermana, la persona por la que ella no se ha derrumbado. Pero al mismo tiempo verla tan cansada, y apagada, le dolía. Cuando la veía quedarse ida, sumida en sus pensamientos, le causaba un enorme miedo, ya que parecía que su hermanita estaba por perder la cordura, como si esta estuviera a punto de caer en un enorme hoyo del qué tal vez el no la podría sacar, al menos no con facilidad.

En cierto modo, no era Maya la única que tenía que sanar, si no también Chase.

—Lo se hermano, pero... —empieza a decir Adam haciendo que Chase lo volteara a ver con intriga— ¿no crees que es momento de que tú y Maya cambien de página?

Chase se queda pensativo. El por un lado pensaba que su mejor amigo tenía razón pero por el otro lado no. Si, era hora de que comenzaran a afrontar la situación pero el estaba más que nada preocupado por su hermana menor y por la reacción que pueda tener. Hace tiempo, Maya había entrado en una depresión, cuya razón era un misterio para Chase, ella y sus padres nunca le dijeron el por qué, pero el punto es que tenía miedo de que su hermanita volviera a caer en aquella fase que le traía mucha tristeza y oscuridad. Los pensamientos de Chase se vieron interrumpidos por el teléfono de Adam el cual sin ver quién era contesto.

—Si diga —dice.

—Me podría pasar a Chase, por favor —dice de manera muy educada y refinada la querida Margaret. Abuela de Chase y Maya.

Una Nueva Vida [Re-Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora